INICIATIVA COMUNITARIA

El comedor solidario Gregal estrena al fin su reformada sede en el Besòs

Casi una década después de que las hermanas Merche y Montse Rodríguez se pusieran a cocinar prácticamente sin medios para sus vecinas al no poder soportar la injusticia de verlas buscar comida en los contenedores, el comedor social Gregal reabre el lunes completamente reformado gracias a la tenacidad de sus libertarios impulsores y a la inyección económica y acompañamiento del plan de barrios

Barcelona 10.03.2022 Entra en marcha el nuevo comedor social Gregal con una cooperarativa de referencia en el barrio del Besòs. Rambla Prim, 78. En la imagen, miembros del comedor social, entre ellos, las hermanas Merche y Montse Rodriguez, Tania Cervera y Juan Gil. Foto Laura Guerrero

Barcelona 10.03.2022 Entra en marcha el nuevo comedor social Gregal con una cooperarativa de referencia en el barrio del Besòs. Rambla Prim, 78. En la imagen, miembros del comedor social, entre ellos, las hermanas Merche y Montse Rodriguez, Tania Cervera y Juan Gil. Foto Laura Guerrero / Laura Guerrero

Helena López

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En las dos semanas que hace que están en el nuevo espacio han pasado de 300 a 425 menús diarios. Un incremento que se debe en buena parte a que vuelven a estar en el centro del barrio, en el histórico local de la cooperativa en la Rambla de Prim, muy visibles, pero también porque "la cosa se está poniendo otra vez muy fea, vienen malos tiempos", advierten las hermanas Merche y Montse Rodríguez, conocedoras como pocos de las realidades más duras del Besòs, su barrio. Las combativas hermanas, libertarias de la cabeza -siempre alta- a los pies, fueron las que en 2013, ante la necesidad que observaban en la calle, viendo a sus vecinas buscando comida a escondidas entre los contenedores, decidieron poner remedio.

Se aliaron con José Gil, veterano del Ateneu Llibertari Gregal y, juntos, prácticamente sin recursos, crearon en el espacio, cooperativa que durante años había sido el centro de las luchas populares en el barrio, el comedor solidario Gregal. Tras pasarlo francamente mal durante años, el comedor reabrirá este lunes en un local casi irreconocible tras la necesaria reforma integral del espacio que han hecho de la mano del plan de barrios, que apostó por este singular proyecto comunitario como uno de los "motores" de la iniciativa municipal contra la desigualdad territorial en la franja del Besòs.

Tània Cervera Rodríguez es la jovencísima directora técnica de la cooperativa. Nacida y criada en el Besòs y conocedora de la existencia -y el trabajazo- del Gregal desde niña, entró a trabajar en la cooperativa en esta nueva etapa, para, entre otras cosas, hacer de enlace con el plan de barrios y los servicios sociales -el ayuntamiento-, tarea que no es precisamente sencilla cuando se lucha por mantener -como aquí se hace a diario- su identidad libertaria. "Aquí todo se decide en asamblea. Este un proyecto que nace de abajo arriba", subraya la joven.

"Primero come, después hablamos"

Una de las principales diferencias entre el Gregal y la mayoría de comedores sociales -ellos insisten en reunir la etiqueta social, y llamarlo solidario- es que, en palabras de Cervera, "aquí primero comes, y después hablamos". Algo que rompe con la burocracia que suele regir estos espacios. "No queremos reproducir mecanismos de control, pero sí aprovechar las ayudas que existen, por eso muchas veces servimos de puerta de entrada a los servicios sociales. Aquí explicamos a las personas a qué tienen derecho y les derivamos", prosigue la directora técnica de la cooperativa.

Barcelona 10.03.2022 Entra en marcha el nuevo comedor social Gregal con una cooperarativa de referencia en el barrio del Bes˜s. Rambla Prim, 78. Foto Laura Guerrero

Rodríguez, una de las hermanas fundadoras el comedor solidario Gregal. / Laura Guerrero

Su deseo es que el ayuntamiento se vaya retirando progresivamente del proyecto, es evidente que les incomoda la tutela municipal, pero hoy por hoy, "es el consistorio el que paga el 80% de las nóminas de la cooperativa, además de haber invertido 775.000 euros en las obras", señala Miquel Izquierdo, jefe de proyectos del plan de barrios. En buena sintonía, contentos porque el nuevo Gregal es al fin una realidad y lo han hecho posible juntos pese a las diferencias, Cervera responde que "el Gregal hace un trabajo que debería hacer la administración y no hace; y el dinero del ayuntamiento es de todos, lo mínimo es que lo invierta aquí, ya que estamos haciendo su trabajo".

La clave del reaprovechamiento

Es jueves, a dos días de la fiesta de inauguración, este sábado, y las cajas llenan el local. Entre productos frescos y conservas, les han llegado también las fiambreras nuevas de cristal. Durante la pandemia, cuando tuvieron que cerrar el comedor y se centraron solo en el la entrega a domicilio en fiambreras de cristal, las familias se comprometían a devolverlas al día siguiente limpias para volver a llenarlas.

Desde sus inicios el proyecto ha apostado por el reaprovechamiento. Trabajan con la fundación Espigoladors, y su esencia ha sido siempre comprar lo mínimo y a poder ser en el barrio. Y, la comida a domicilio, también la entregaban mucho antes del covid, sobre todo a las familias con hijos que querían comer en casa, pero no tenían o alimentos o energía para cocinar.

Más allá del servicio de entrega de menús, en breve abrirán un espacio de escucha activa. Un lugar en el que hacer lo que han hecho siempre, escuchar a las personas que acuden a recoger alimentos, quienes, obviamente, tienen muchos otros problemas. "Dignificaremos esa escucha dándole espacio propio y más tranquilidad", añade Cervera.

El teniente de alcalde Jordi Martí define la impresionante transformación del Gregal como una de aquellas experiencias que, solo por ellas, ya justifican la existencia del plan de barrios, y destaca que las nuevas instalaciones permitirán volver al "espíritu original del Gregal". El Gregal nació en los años 60 del siglo pasado, cuando en el barrio no había nada, solo bloques, como una cooperativa escolar autogestionada en la que las decisiones se tomaban en asamblea entre profesores, familias y alumnas. "La nueva cocina servirá también para ofrecer formaciones a vecinos a jóvenes del barrio por las tardes", concluye Martí.

Todas la vidas del Gregal, que cuando dejó de ser escuela, con la llegada de la pública al barrio, se convirtió en ateneo, están recogidas en un vídeo coordinado por el Observatori de la Vida Quotidiana y plasmadas en un impresionante mural pintado por el artista Roc Black Block en una de sus paredes.

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