Los arquitectos lanzan un plan para que Barcelona tenga viviendas más sanas

La campaña pretende concienciar de la necesidad de mejorar los edificios y los hogares para mejorar la salud de sus residentes, y publicitar la existencia de fondos Next Generation para acometer las rehabilitaciones

Las viviendas del barrio de Canyelles forman parte del Pla de Regeneració Urbana del ayuntamiento

Las viviendas del barrio de Canyelles forman parte del Pla de Regeneració Urbana del ayuntamiento / Elisenda Pons

Natàlia Farré

Natàlia Farré

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'Invertir en arquitectura es mejorar tu salud'. La máxima no es solo el eslogan de la nueva campaña del Col·legi d’Arquitectes de Catalunya (COAC) para mejorar la salud de las viviendas de Barcelona y en consecuencia la de sus habitantes sino que es, también, un hecho histórico. Ahí están para dar fe de ello el plan Cerdà o el Dispensari Antituberculós de Sert, Torres Clavé y Subirana, entre otros. 

El primero una necesidad imperiosa de la ciudad de derribar las murallas para airear y descongestionar el espacio intramuros y, así, erradicar todo lo insalubre que Barcelona atesoraba. La distribución de la trama del Eixample –con viviendas soleadas y con ventilación cruzada– también tenía mucho de teoría higienista. Como lo tenía el Dispensari Antituberculós, un edificio que se levantó para dar respuesta a la crisis sanitaria que representaba la tuberculosis en la época y evitar los contagios. 

Ahora, el tándem arquitectura y salud vuelve a pedir protagonismo de la mano del COAC, el ayuntamiento y los fondos Next Generation con una campaña que pretende concienciar sobre cómo el estado de los edificios y viviendas incide directamente en la salud de sus habitantes y cómo mejorando una se mejora la otra. Y para ayudar a ello, los fondos Next Generation. 

El 70% de los pisos de la ciudad no cumple con la Norma Básica de Edificación de 1980 en lo que se refiere al aislamiento de las fachadas

De entrada, unos cuantos datos que dan idea de la importancia de la regeneración y rehabilitación urbana en un parque de viviendas, el de Barcelona, que no está preparado para enfrentarse de forma airosa ni al cambio climático ni a la crisis medioambiental: el 70% de los pisos de la ciudad no cumple con la norma básica de edificación de 1980 en lo que se refiere al aislamiento de las fachadas; en los hogares que hay pobreza energética –un 10% en la ciudad–, las probabilidades de enfermar se duplican; y el aire de los espacios interiores mal ventilados está ente dos y cinco veces más contaminado que el del espacio exterior. 

Qué hacer y cómo

Hay más aspectos que mal o bien gestionados representan una mejora no solo en el consumo y gasto energético, sino también en la calidad de vida de los hogares: la acústica, la iluminación, la accesibilidad, la higiene electromagnética, los materiales... Las soluciones para rehabilitar existen y las tienen los arquitectos. Y parte del montante para afrontarlo lo ponen los fondos Next Generation dirigidos tanto a particulares como a comunidades de vecinos. 

Para que los ciudadanos conozcan qué se puede hacer y cómo, a la par que sepan, por ejemplo, que iluminar las viviendas al compás de la luz natural y los ritmos biológicos –por la mañana luz más blanca y por la noche más cálida y menos intensa– evita el insomnio, el COAC ha lanzado la citada campaña informativa –'Invertir en arquitectura es mejorar tu salud'– y se ha puesto a predicar con el ejemplo rehabilitando su sede de la plaza Nova. 

En los grandes polígonos levantados en los 50 y 60 la eficiencia energética es casi nula mientras que el consumo energético mensual es elevadísimo

Se trata de eliminar los materiales tóxicos como el fibrocemento y dotarlo de un aislamiento correcto con el fin de hacerlo más confortable para los que lo habitan laboralmente y más sostenible medioambientalmente al rebajar las emisiones de carbono que genera. Un bien individual que genera un bien público. 

Barrios vulnerables

Los fondos Next Generation también tienen una partida con el foco más amplio: los barrios vulnerables que necesitan intervención pública y rehabilitación. Aquí la batuta la lleva el ayuntamiento, que es quien recibe esta partida, a través del Pla de Regeneració Urbana y se centra en los vecindarios con problemas sociales, ambientales y habitacionales. Son los grandes polígonos de viviendas levantados en los años 50 y 60 con importantes déficits constructivos y en los que la eficiencia energética es casi nula mientras que el consumo energético mensual es elevadísimo. 

La propuesta es intervenir al máximo en los edificios para conseguir más confort y sostenibilidad sin tener que echar a los vecinos. Y aquí de nuevo salen las cifras que relacionan salud y arquitectura: la población con enfermedades mentales suma un 15% de media en Barcelona, pero entre las personas con problemas de vivienda la cifra se eleva hasta el 80%;_y los distritos de Nou Barris y Ciutat Vella son los que suman mayores índices de pobreza energética y peores indicadores sociales y de salud. Por eso, el consistorio ha empezado a trabajar por los barrios de Trinitat Vella y El Besòs i El Maresme; tiene Canyelles en estudio y Can Peguera como proyecto de futuro inmediato. 

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