Barcelona plantea congelar de nuevo las ordenanzas fiscales y se atasca con la 'tasa Amazon'

El escenario es absolutamente distinto al del mandato anterior, cuando el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, fue incapaz de aprobar un solo presupuesto por la vía ordinaria, esto es, gracias al pacto con algún grupo de una oposición encapsulada en el acoso y derribo. Ada Colau tiene ahora al PSC como escudero y a Esquerra como compañero de filas inesperado si se tiene en cuenta que Ernest Maragall ganó las elecciones. En 2019 se consensuaron las primeras cuentas en cuatro años. Sucedió lo mismo con las ordenanzas fiscales. Por aquel entonces, el gobierno contó incluso con los votos de Junts, que ahora venderá mucho más cara la piel del oso. Si es que la pone en venta. Barcelona, siempre cuando caen las hojas, se enfrasca en la negociación para pactar las cuentas del próximo año, que ya fueron expuestas hace un par de semanas. Este lunes se ha presentado el hermano pequeño, la oferta de ordenanzas fiscales, los impuestos locales. Continuidad absoluta y un caramelo en busca de navegantes: se busca un socio para pactar y que pueda anotarse el tanto de mantener reducción de la tasa de terrazas.

Apenas hay novedades respecto al año pasado a no ser que ustedes sean amantes de los drones. El consistorio crea una nueva tasa de 200 euros para todos aquellos que quieran volar por encima de la ciudad en los pocos sitios en los que está permitido. Lo nuevo también es una ausencia, la de la denominada 'tasa Amazon' que grave la actividad del comercio electrónico de las grandes plataformas. Las dudas jurídicas sobre el impuesto recomiendan dejar la propuesta en barbecho. Montserrat Ballarín, concejala de Hacienda, entre otras cosas, ha compartido el deseo de este gobierno de que Amazon y compañías similares paguen, pero ha admitido que antes necesitan que la tasa sea "sólida jurídicamente". Por ahora, no lo es.

"Incumplimientos"

Este es uno de los impuestos que ERC esperaba poder negociar cara a 2022. El edil independentista Jordi Castellana ha censurado que caiga una vez más de la mesa de diálogo y ha denunciado el "incumplimiento" del gobierno respecto a lo pactado el año pasado. Jordi Martí, concejal de Economía y Presupuestos, ha respondido que el nivel de acierto del 2021 ha sido cercano al 90%. Sobre la tasa de terrazas, bonificada en un 75% durante la pandemia, el gobierno no tiene una propuesta concreta pero es sensible a mantener algún tipo de rebaja. ¿Cuánto? Eso tiene pinta de convertirse en una de las principales bazas para negociar, y el grupo de la oposición que pacte, siempre podrá decir que eso ha sido cosa suya. 'Quid pro quo'. ERC propone una "revisión de la congelación y alcanzar un punto medio", mientras que Martí ha expuesto la predisposición a que los bares y restaurantes paguen menos, sin concretar. Con este impuesto bonificado, el consistorio ha dejado de ingresar cinco millones al año. Más complicado se intuye el plácet de Junts, que denuncia que solo habrán tenido 48 horas para revisar 422 archivos antes de celebrar la comisión de Economía del miércoles (primer 'round' de las ordenanzas fiscales de 2022) y avanza que están "muy lejos de dar el voto favorable".

Además de los drones, la propuesta tiene novedades respecto al IBI, con una rebaja del 30% en aquellos inmuebles de uso industrial que instalen paneles solares. También se crea una tasa para la solicitud de documentos que están disponibles en formato digital -¿qué pasa si se trata de una familia sin acceso a dispositivos electrónicos...?- y se plantea una reducción del 20% de la tasa de residuos a los vecinos que tengan recogida puerta a puerta y realicen al menos 40 entregas anuales en el contenedor de deshechos orgánicos. Junts pide ampliarlo al 50%, tal y como se aprobó en comisión el pasado julio a propuesta suya. Que empiece la negociación.