Colectivos vulnerables

BCN quiere potenciar la acogida en casas particulares de inmigrantes y refugiados

Marc Serra, concejal de Derechos de Ciudadanía, pide al Gobierno un cambio en la normativa de extranjería y que abandone su actitud de bloqueo

BARCELONA 04/03/2020 Barcelona. SAIER Servei d'Atenció a Immigrants, Emigrants i Refugiats en la Calle Tarragona FOTO de ELISE

BARCELONA 04/03/2020 Barcelona. SAIER Servei d'Atenció a Immigrants, Emigrants i Refugiats en la Calle Tarragona FOTO de ELISE / Elisenda Pons

José Carlos Sorribes

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Sistemas de acogida, exclusión social y derecho de asilo. Tres conceptos que casi van de la mano y que han marcado la presentación del balance semestral del Servicio de Atención a Inmigrantes, Emigrantes y Refugiados (SAIER) del Ayuntamiento de Barcelona. Con la tortuosa evacuación de Afganistán en plena actividad, el momento invitaba además a abordar cuestiones de mayor calado político. En ese sentido, el concejal de Derechos de la Ciudadanía, Marc Serra, ha pedido, más bien exigido, al Gobierno de Pedro Sánchez un cambio en el reglamento de la ley de extranjería, y que abandone su actitud de bloqueo. “Es algo que afecta principalmente a los jóvenes que están solos. Cuando cumplen 18 años tienen muchas dificultades para renovar el permiso de residencia y se les aboca a una situación de irregularidad y de exclusión”. Según Serra, unos 8.000 jóvenes no pueden acceder al mercado laboral.

En la presentación del balance del se ha constatado este “incremento muy importante” de personas en situación irregular. En esa coyuntura han estado el 46% de las 10.307 atenciones que ha hecho el SAIER entre enero y junio de este año. Y la gran mayoría, por la limitación de movimientos que ha provocado la pandemia, son migrantes que viven en Barcelona. El servicio también ha reflejado un incremento considerable en las peticiones de asesoría jurídica, algo que explica por el cambio normativo en cuanto a extranjería del pasado diciembre. “Si en el 2018 hubo poco más de siete mil denegaciones de asilo, en el 2020 han sido más de 70.000”, ha recordado Serra.

Una nueva oficina técnica de gestión

La reclamación contundente de esa modificación normativa dio paso a la pausada descripción del sistema de acogida en hogares de la capital catalana. Entidades como Punt de Referència, Refugees Welcome, Barcelona Actua y Migrastudium integran una red que el consistorio quiere potenciar con la creación de una oficina técnica de gestión, el próximo enero y que contará con un presupuesto de 230.000 euros. La veintena de llamadas de ciudadanos barceloneses, estos últimos días a raíz de la evacuación afgana, son un buen trampolín de salida. Serra ha recordado, en ese sentido, el ofrecimiento de 50 plazas para familias de aquel país en un equipamiento municipal hecho al Gobierno. Al ser casos de solicitud de protección internacional, el sistema nacional de asilo pilota toda la coordinación.

Hoy son 55 los hogares de la capital catalana que han acogido a unos 50 refugiados o inmigrantes de 23 países diferentes. No es una cifra elevada, pero apenas eran cuatro en el 2018. El número subió a 20 en 2019 y, lógicamente, no creció de la misma forma en el año de la pandemia. Los acogidos son personas jóvenes, sin carga familiar, que necesitan generar un vínculo que les ayude a la integración en una transición hacia la plena autonomía. Serra ha aportado cifras que apuntalan la satisfacción de quienes acogen a esos jóvenes que llegan en busca de una nueva vida: el 79% lo recomiendan, el 70% dicen que lo volverían a repetir y más del 70% mantienen el vínculo después de la acogida.

El modelo de Punt de Referència

Rita Grané, de Punt de Referència, ha detallado, por su parte, el modelo de una entidad que empezó en 1997 con una mentoría social con jóvenes migrantes que salían del sistema de protección. Cinco años después amplió su campo de acción al ámbito familiar. En el primer caso, individual, el vínculo puede llegar a mantenerse durante 10 meses, y uno menos en el caso de los hogares.

Los beneficios, según Grané, se sitúan en el terreno emocional (por cuestiones de autoestima), en el capital social (por el conocimiento cultural, de la lengua y de la sociedad de acogida) y en el capital relacional (por una nueva red personal que supone más oportunidades para estudiar, trabajar o disfrutar del tiempo libre). “Ha habido una bajada en la acogida familiar por la pandemia porque es difícil abrir las puertas a un desconocido. Esperamos que ahora la vacunación, por ejemplo, ayude a la recuperación”, ha recordado la directora de Punt de Referència.