URBANISMO

Les Corts exige más verde en el futuro parque de la Colònia Castells

Los vecinos critican que el proyecto aprobado tiene demasiado hormigón: les duele especialmente el dibujo de una inmensa plaza dura

El consistorio defiende que 7.500 de los 9.600 metros cuadrados del parque abierto donde se levantaba la barriada serán zona verde

Colonia Castells

Colonia Castells / SIMONE BOCCACCIO

Helena López

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La primera vez que vieron que lo de la ‘transformación’ -quien dice transformación, dice erradicación- de la Colònia Castells iba en serio fue en el año 1999, al leer un artículo de Maria Eugenia Ibáñez en este diario en el que explicaba que empezaba a moverse el plan para convertir la vieja colonia de casitas bajas levantada en 1923 en los terrenos de la familia Castells en Les Corts en una "gran zona verde". La noticia hizo saltar las alarmas entre el vecindario, que sabía que estaba afectado desde el PGM de 1976, pero hasta aquel momento no fueron conscientes de que la cosa iba en serio. “Fue entonces cuando empezó la organización vecinal por pasajes. Se buscó un portavoz de cada calle para que todo el vecindario estuviera representado en la negociación”, recuerda Adela Agelet, secretaria de la asociación de vecinos, mientras pasea por el pasaje de Piera, hoy por hoy el único en pie de lo que en su día fue una singular barriada con vida propia.

Esa organización vecinal forzó un cambio de planes en el consistorio y logró que la lenta -aún no ha finalizado- transformación fuera liderada por la administración pública en vez de por los promotores privados como en principio todo parecía indicar que estaba previsto. Aquellas primeras negociaciones se hicieron con un Jordi Hereu entonces concejal del distrito de Les Corts.

Las últimas de la Colònia

Agelet recuerda aquella lucha frente a las últimas casas desalojadas, hoy tapiadas, y cuyo futuro está todavía por acabar de decidir. Está previsto que sean un espacio de memoria de lo que un día fue aquel lugar, una barriada de familias trabajadoras que hacían muchísima vida en la calle ya que eran familias grandes viviendo en casas pequeñas. En los más de 20 años que han pasado desde aquel 1999 el conjunto de casitas se fue vaciando y derribando y se pactó dejar en pie las últimas de Piera (igual que se ha hecho en la también lentísima reconversión de las casas baratas del Bon Pastor, en Sant Andreu).   

Colonia Castells

Parque provisional que se urbanizó sobre las casas demolidas de la Colònia Castells. / SIMONE BOCCACCIO

Lo que tiene hoy en pie de guerra al vecindario es el dibujo de la futura zona verde, cuya necesidad imperiosa llevó a borrar del mapa la barriada. Para llegar hasta el proyecto de urbanización inicialmente aprobado, y contra el que ahora una parte del vecindario se ha rebelado, el consistorio organizó en 2018 un ambicioso proceso participativo que llamaron ‘Tria el verd de la Colònia’ y contó con una gran respuesta, a ojos de Agelet, acabó “como tantas veces”, en una “participación frustrada”.  

El vecindario que participó en el proceso pidió mantener los huertos urbanos instalados en la urbanización provisional del espacio y reservar zonas tanto para los niños como para los mayores. “El principal problema que le vemos al proyecto es que una quinta parte es hormigón. No entendemos que insistan en hacer una plaza dura y meter tanto cemento en la situación climática en la que nos encontramos”, resume Agelet. Al escucharla hablar se acercan dos vecinas, usuarias diarias del parque, que se animan no solo a darle toda la razón en sus quejas, sino a endurecer las críticas. "Este proyecto es una gran contradicción", resume Lídia Canadell, vecina de la calle de Taquígraf Serra.

Colonia Castells

Planos del proyecto de urbanización en el que se ve la gran plaza dura aunque esté pintada de verde (el círculo). / SIMONE BOCCACCIO

Algo en lo que coinciden vecinos de varios colectivos es en el 'no respeto' al acuerdo alcanzando en el proceso participativo de marcar con árboles los viejos pasajes. En lugar de árboles, los caminos en el proyecto aprobado provisionalmente se marcan con pérgolas de acero para instalar placas fotovoltaicas, algo que no ha gustado en el vecindario, igual que la enorme plaza dura circular.  

"Revitalizar la zona"

Fuentes municipales insisten en que el futuro parque prevé la renovación de un área de unos 9.600 metros cuadrados "donde el verde será el protagonista principal". "La voluntad es que el nuevo espacio revitalice la zona y se convierta en un pequeño pulmón para el distrito", señala la misma voz, que detalla que 7.500 metros cuadrados serán zonas verdes en las que se plantarán "un centenar de árboles nuevos". En cuanto a la polémica plaza, el portavoz del consistorio defiende que "se ha ideado como espacio central, donde se podrán desarrollar varias actividades para fomentar la vida vecinal", y que se hará "con un 'panot' que permite el crecimiento de verde". 

Tras cerrarse este mes el periodo de alegaciones, el gobierno municipal asegura que las estudiará para "posibles cambios". La previsión es empezar las obras en marzo de 2022 con un presupuesto de casi tres millones de euros.

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