ÉRASE UNA VEZ EN EL BARRIO... (65)

Rap mestizo contra el racismo estructural en Sant Gervasi

Alumnos de cuarto de ESO de dos institutos de la zona alta de Barcelona han compuesto y grabado canciones en un taller antirracista junto a jóvenes migrantes extutelados subsaharianos.

‘Contra l’odi, fem art; per una societat antirracista’ es un programa educativo de la Fundació Guné y la Associació Dëkkandoo, que significa "vecinos" en wolof.

Sarrià. Contra el odio hacemos arte

Sarrià. Contra el odio hacemos arte / Martí Fradera

Helena López

Barcelona
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Razvan Morariu, alumno de cuarto de ESO del Institut Montserrat, en el barrio de Sant Gervasi-Galvany, en Sarrià, se sienta codo con codo con Oumar Diaby, chico de 19 años de Guinea Conakry, quien dejó su país a los 16 años para ayudar a su familia y actualmente vive en un piso compartido con otros jóvenes extutelados. No es la primera vez que estos dos chavales, de edades tan similares y al fin y al cabo vecinos de la misma ciudad, Barcelona, pero con realidades cotidianas tan distintas, se sientan juntos. Tampoco la primera que se ponen delante de un micrófono -¡han compuesto y grabado un rap!-, pero la imagen de la hermandad entre ambos es poderosa y representa bien lo que persigue la iniciativa de la que han venido a hablar. Es martes, 15 de junio, día por el cierre de los CIE -la fecha elegida tampoco es casual, por supuesto- y los dos chicos han acudido a la Casa Orlandai para presentar el resultado de 'Contra l'odi, fem art; per una societat antirracista', programa educativo de la Fundació Guné y la Associació Dëkkandoo -"vecino", en wolof-, para sensibilizar a los adolescentes sobre la situación de las personas migradas y concienciarles de la vulneración de derechos que sufren.

Para Naty Oliveira, activista de Tanquem els CIE que ha participado activamente en el curso, el hecho de hacerlo en dos institutos de Sarrià-Sant Gervasi ha sido un reto y una oportunidad. "Hacemos muchos talleres en el Raval, y está muy bien, pero esos niños ya saben qué es el racismo. Es muy importante dar herramientas antirracistas a los chavales de los barrios con mayor poder adquisitivo; chicos que mañana serán empresarios, estarán en la Generalitat o serán jefes de la Coca-Cola", apunta. David Sow, miembro de Dëkkandoo, asiente. "Hacer el taller por encima de la Diagonal nos ha servido para sacudirnos muchos prejuicios a todos. También a nosotros, porque los negros también tenemos derecho a tener prejuicios", reflexiona el tallerista, vestido con la ya clásica camiseta de 'Fake system, true clothes' de la marca Top Manta.

"Algo que se aprende"

"El racismo es algo que se aprende. Cuando alguien tiene un gesto racista conmigo siempre pienso que es algo que ha aprendido desde pequeño. Por eso son tan importantes estos talleres, y es tan importante hacerlos en barrios como estos, con poca inmigración [pobre]. La gente no sabe lo que hemos vivido, y creo que compartir nuestras historias con estos jóvenes ha sido importante. Y todos hemos aprendido de todos creando las canciones", señala Oumar, muy satisfecho con el resultado, igual que el profesor Sergi-Carles Del Rio Hernando, responsable de los proyectos de aprendizaje y servicio del Montserrat, también en la mesa.

Activistas de Tanquem els CIE y alumnos de Sarrià-Sant Gervasi, esta semana en una acción en el distrito.

Activistas de Tanquem els CIE y alumnos de Sarrià-Sant Gervasi, esta semana en una acción en el distrito. / Martí Fradera

Arte transformador

"Somos tierra, somos agua, somos viento... por la libertad de movimiento", dice una de las letras escritas por este grupo de adolescentes de los institutos Montserrat y Costa i Llobera, los dos centros de secundaria que han participado en una iniciativa que toma el arte como herramienta para la transformación social y que ha mostrado a los chicos conceptos como el racismo institucional o los privilegios, tan invisible para quien los goza y tan crueles con quien no. Oumar explica que uno de los privilegios de los que ha sido consciente conviviendo con los chavales del instituto, es el hecho de darse cuenta de que estos no tienen que preocuparse por trabajar para ayudar a la familia "hasta los 30". A la misma pregunta: ¿De qué privilegios has sido consciente con el taller? Razvan responde que del hecho de que, "si eres blanco y te desplazas por el mundo, eres un viajero. En cambio, si eres negro, eres un inmigrante".

El curso, en el que además del taller de rap se hicieron varios debates y charlas, culminó este martes por la tarde, con una ruta contra el olvido por las calles del barrio en el que jóvenes y talleristas mostraron imágenes de las 14 personas fallecidas en el Estado o mientras estaban encerradas en un CIE o durante el proceso de deportación.

Algo en que la mayoría de alumnos coincide es en que el taller tendrían que hacerlo antes. "Antes, si veía a una persona negra por la calle me sujetaba la mochila porque tenía miedo de que me fuera a robar. Con el taller, conociéndonos, he aprendido a quitarme de encima esos prejuicios", dice una de las chicas que ha participado en el taller en uno de los vídeos que también han realizado. Su sinceridad y, sobre todo, su cambio de chip tras participar en el curso, emociona a los talleristas.

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