EL PASTEL DEL TRANSPORTE DE PERSONAS

Uber prepara su regreso a Barcelona

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Carlos Márquez Daniel

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Tercer desembarco de Uber en Barcelona. La multinacional con sede en San Francisco se despidió por última vez de la ciudad el 31 de enero del 2019 después de que el Govern aprobara una nueva normativa que echaba del mercado a buena parte de las licencias de vehículos de alquiler con conductor, más conocidas como VTC. "Hasta pronto", decía la compañía, en el blog de su página web. Dos años después, si la Administración lo permite, la empresa volverá a la capital catalana, pero con un formato renovado, y, paradójicamente, de la mano de su archienemigo: el taxi.

Uber ha hecho llegar toda la documentación este mismo martes a las dependencias del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) para poder operar cuanto antes. La pelota queda en el tejado del ente público, presidido por la alcaldesa Ada Colau, que no se ha caracterizado precisamente por defender a empresas como Uber, Airbnb o Amazon. A pesar de ello, la compañía se muestra optimista. Su director general, Juan Galiardo, lo resume de este modo: "Hemos iniciado los trámites para abrir nuestra aplicación al taxi de Barcelona. Desde hoy, todos los taxistas que lo deseen pueden darse de alta en la plataforma de Uber. Queremos trabajar de la mano del sector y las administraciones públicas en la recuperación del colectivo en Catalunya". El momento, tal y como señala este alto ejecutivo, no es para nada gratuito, con una caída de la demanda superior a la sufrida por el bus o el metro, que ha perdido a más de la mitad del pasaje por culpa de la pandemia.

La 'app' de siempre

Si todo prospera, la aplicación móvil será la misma que antes de ese 31 de enero del 2019, pero ya no será una VTC la que recoja al usuario, sino un taxi. Se evitará incorporar la condición de precontratación de 15 minutos impuestas por el Govern. De manera muy resumida, podría decirse que Uber pasará a ser una radioemisora más, pero a nadie se le escapa que esta empresa, que, como todas, depende de su balance de resultados, querrá ir ganando terreno en el negocio del transporte de personas. Para, en el futuro, y como ya hace en Madrid, poder recuperar la explotación de licencias de vehículo con conductor.

El aspecto de la 'app' será el mismo que antes del último cierre, incluido el precio cerrado, tarifa permitida por el Instituto Metropolitano del Taxi desde junio del 2019 a las aplicaciones de contratación del servicio de taxi. En tiempos de Uber operando con VTCs, los taxistas habían denunciado en repetidas ocasiones que la compañía incrementaba el coste de manera exponencial, por ejemplo, los días de lluvia. La tarifa dinámica, sin embargo, no está permitida con el taxi. 

La empresa se ahorra de esta manera la precontratación de 15 minutos impuesta por el Govern, que solo aplica para las VTC

Está por ver hasta qué punto el taxi de Barcelona se sube al barco de Uber. Toda una incógnita si se tiene en cuenta que la aplicación libró una dura batalla con Élite Taxi, la asociación mayoritaria del gremio. Liderada por Tito Álvarez, protagonizó sonadas movilizaciones en la ciudad a principios del 2019 hasta lograr que el Govern aprobara un decreto que recogía buena parte de sus reivindicaciones. Uber no se atreve a aventurar qué demanda tendrá su propuesta y tampoco se marca un mínimo de licencias para empezar a funcionar, pero tiene claro que le gustaría disponer de un buen número de afiliados antes de que se celebre una nueva edición del Mobile World Congress, en junio del 2021. Este diario ha tratado de recoger la opinión del AMB sobre la propuesta presentada este martes por Uber. Respuesta: sin comentarios.

Nuevo frente a la vista

Álvarez, a la espera de lo que diga el AMB sobre el permiso solicitado por Uber, señala que Élite Taxi "no se hará responsable de lo que suceda en la ciudad". "Desde el 2014 -señala el portavoz- hemos luchado siempre contra Uber y todo el mundo sabe lo que ha pasado. No vamos a parar a nadie. Para nosotros, el taxista que trabaje para Uber es peor que una VTC".  Queda claro que aunque la multinacional intente venir bajo el paraguas de aplicación para solicitar taxis, el gremio, o parte de él, no tiene intención de recibirles con una alfombra de claveles. 

El conflicto entre el taxi y Uber se remonta al 2014, cuando la empresa estadounidense intentó implementar su modelo en Barcelona, esto es, que cualquiera con un coche pudiera convertirse en chófer con solo darse de alta en su web. Aquel mismo año, Justicia mediante, la compañía tuvo que detener su actividad. Desde entonces, y en repetidas ocasiones, ha admitido que aquella manera de proceder fue un error. En marzo del 2018, Uber regresaba a la capital catalana de la mano de las licencias VTC, con la idea de administrarlas pero en ningún caso tenerlas en propiedad. Así fue hasta que 10 meses después, tras las acaloradas protestas del taxi, el Departament de Territori aprobó el decreto que hacía imposible mantener el modelo de negocio propuesto por la compañía. De este modo, Barcelona se convertía en una de las pocas grandes ciudades que no dispone de la aplicación. ¿Hasta cuándo?

Madrid ya tiene 1.500 taxistas en la ‘app’, que opera también con VTC

Uber no ha dejado de funcionar en Madrid, donde comparte mercado de VTC con Cabify. Ambas compañías se reparten de manera equitativa las cerca de 8.500 licencias de alquiler de vehículo con  conductor que operan en la  capital del Estado. Al margen de ello, y desde el 22 de noviembre del 2019, ahora hace un año, la misma 'app' de Uber incluye al  sector del taxi, de manera que el cliente que reserva un coche tanto puede tener en la puerta de casa un vehículo negro como el clásico blanco de la flota de taxistas madrileños. 

Desde que empezó a operar este modelo mixto de transporte, avalado por una nueva ley del taxi aprobada por la Comunidad de Madrid, cerca de 1.500 taxistas de la ciudad se han incorporado a la plataforma, y la mitad lo han hecho en los últimos cuatro meses, quizá empujados por las estrecheces que vive el sector desde que empezó esta crisis causada por el coronavirus. Según Uber, los conductores  que operan a través de su aplicación realizan el doble de servicios que los que funcionan con la clásica mano alzada. 

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