Reflexiones sobre el derecho a la ciudad

¿Hay que matar al Gaixample?

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Helena López

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<strong>Ignacio Elpidio Domínguez Ruiz </strong>(Madrid, 1991) apunta a la obsolescencia programada. "Me gusta citar a Shangay Lily, quien hablaba de la difícil elección entre la pedrada y el gueto temporal", señala el antropólogo y activista LGTBI madrileño recientemente instalado en Barcelona. Temporal, pero ¿hasta cuándo? "Hasta que siga siendo necesario", no duda en responder el autor de 'Cuando muera Chueca'. Si son todavía necesarios o no los barrios LGTBI en las ciudades democráticas es una de las cuestiones que se debatirán este miércoles en la charla 'Urbanismo, democracia y feminismo 'queer'' organizada por el Centro LGTBI de Barcelona en el marco de la Bienal de Pensamiento. Domínguez dialogará con la arquitecta Zaida Muxí (Buenos Aires, 1964), especialista en urbanismo con perspectiva de género, sobre cuestiones como si es ético en un contexto en el que toda la ciudadanía disfruta, sobre el papel, de los mismos derechos, que un grupo tenga que trazar fronteras dentro del espacio urbano.

"El Gaixample es tu lugar si eres un hombre de 35 años para arriba que se puede permitir las copas caras", resume Domínguez, quien señala que tanto Chueca como el Gaixample nacieron 'elitizados'. "Si eres una persona trans joven y con poco poder adquisitivo seguramente el Gaixample te atraerá poco", prosigue el joven antropólogo quien considera que ninguno de los dos barrios -ni el madrileño ni el barcelonés- está muriendo, sino que simplemente están cambiando. "Más o menos todo el mundo coincidirá en que comprarte un libro en Amazon en vez de en la librería del barrio está mal; pero poder ir al bar de al lado de tu casa y no tener que ir al bar del centro (del Gaixample o de Chueca, depende de donde vivas), está bien. Hacia ahí es hacia donde hay que ir", apunta.

Descentralizar los espacios seguros

Descentralizar los espacios seguros (en los que estar a salvo de la pedrada a la que se refería Shangay Lily, más allá del gueto), es, a ojos de Domínguez, el camino a seguir. "Al Gaixample no hay que matarlo. El objetivo no tiene que ser acabar con esos barrios, sino sobrepasarlos. Que dejen de ser necesarios. La idea de obsolescencia programada viene muy bien aquí. Hay personas para las que siguen siendo necesarios, pero hay que hacer que sean cada vez menos necesarios. Dotar la ciudad de espacios seguros descentralizados. Es evidente que el Gaixample no satisface a todo el mundo, por una cuestión de edad, clase, identidad de género, ideología. Hay que tener en cuenta la interseccionalidad. Lo que tenemos que hacer es dotarnos de espacios alternativos", prosigue el madrileño, muy optimista con lo que ha visto en el tiempo que lleva viviendo en la capital catalana.

"El Gaixample es tu lugar si eres un hombre de más de 35 y te puedes permitir pagar copas caras"

Ignacio Elpidio Domínguez Ruiz

— Antopólogo y activista LGTBI

El joven antropólogo y activista LGTBI pone como ejemplo la Cafeta Queer organizada semanalmente en Can Batlló, en Sants, o la fiesta del primer aniversario del Centro LGTBI de Barcelona -espacio en el que hablará este miércoles-, "la celebración en la que he visto una mayor diversidad de perfiles, en medio de la calle... Me encantó".

Pese a que esta pieza está escrita a partir de dos conversaciones telefónicas independientes (una con Domínguez y otra con Muxí), no como este miércoles, que hablarán cara a cara (se puede seguir en 'streaming' en el canal de Youtube del Centro LGTBI dado lo pandémico del contexto), ambos coinciden en su lectura de los hechos (y en optimismo, algo que siempre viene bien en momentos de crisis como el actual). Muxí introduce ideas como dónde quedan las mujeres lesbianas, en barrios como el Gaixample (invisibilizadas, de nuevo)  y subraya la interseccionalidad como clave para entender los tiempos. 

Dar voz a los invisibles

Sobre si es posible la existencia de una ciudad 'queer' y feminista, Muxí cree que sí, y que Barcelona, igual que opina Domínguez, va por el buen camino. "El hecho de que el gobierno municipal esté liderado por mujeres y por mujeres diversas da una visibilidad que es muy importante, como la propia creación del Centro LGTBI", apunta Muxí, autora de 'Dones, cases i ciutats. Més enllà del llindar'.

"Es difícil construir la ciudad 'queer' y feminista porque estamos en una sociedad que no lo es en la que quedan resquicios de machismo acérrimo trasnochado, pero Barcelona ha sido siempre una ciudad respetuosa. Recuerdo cuando vine a vivir a Barcelona, hace 30 años, que ya se respiraba libertad", añade la arquitecta, quien tiene claro que para cambiar la manera de hacer la ciudad es vital mirar, escuchar y dar respuestas a los distintos grupos, desde abajo. "Irles a buscar. No basta con abrir un proceso participativo genérico, hay que ir a buscar la opinión de los que nunca opinan, de los invisibles", concluye.    

Las ciudades (de las personas) del futuro

La Bienal de Pensamiento Ciutat Oberta 2020, en el marco de la que se celebrará este miércoles la charla entre Muxí y Domínguez, tiene como ejes centrales la arquitectura y el urbanismo, la democracia, la tecnología y el futuro; cuestiones sobre las que se articula un programa que plantea retos y busca soluciones a través de voces y visiones muy distintas. Debates como 'Ciudad habitable', 'Ciudad inclusiva' o 'Ciudad resiliente', y voces que van desde la de Maria Sisternas (cofundadora y CEO de MediaUrban) a la del profesor de teoría sociológica César Rendueles, autor de 'Contra la igualdad de oportunidades. Un planfleto igualitarista' o la del escritor, ensayista y filósofo marxista Santiago Alba Rico, autor de 'Islamofobia: Nosotros, los otros, el miedo' o la de la activista especializada en interseccionalidad, género y racismo Brigitte Vasallo.