FIESTA MAYOR

La Mercè no cede

Piromusical de la Mercè 2020

Piromusical de la Mercè 2020. / periodico

Natàlia Farré

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No ha habido ni ‘castells’ ni ‘falcons’ ni ‘correfoc’. Los imperativos del covid-19 y su aversión al contacto humano obligan. Pero sí ha habido el resto de actos que se suponen a la fiesta mayor de Barcelona; adaptados, pero los ha habido. Por haber ha habido hasta piromusical. Ha sido la noche de hoy domingo y ha puesto el broche final a la Mercè de este año, celebración que pasará a los anales de la historia por ser, hasta la fecha, la más extrovertida territorialmente –la fiesta ha llegado a los 10 distritos de Barcelona– y la más introvertida en cuanto a espectáculos se refiere: todos de bolsillo, que es lo mismo que decir con poco aforo (cosas del distanciamiento social) y reserva previa de entrada (por aquello de la trazabilidad en caso de contagio).

Lo dicho, se ha acabado esta Mercé de pandemia con balance positivo desde el ayuntamiento y fuegos artificiales en cuatro esquinas de Barcelona: el espigón de Bac de Roda, Can Dragó, el Castell de Montjuïc y Les Corts (detrás del Camp Nou). La pólvora se ha puesto en marcha tal como estaba previsto, a las 22.03 horas, previa palmera pirotécnica lanzada un cuarto de hora antes para avisar al respetable de hacia dónde debía mirar. Pues los cuatro puntos desde donde se han lanzado los fuegos han sido un secreto hasta el último momento para evitar multitudes, razón por la cual Montjuïc no ha tenido el protagonismo de las últimas clausuras: la avenida Maria Cristina ha sido un desierto y la Font Màgica no ha bailado ni se ha iluminado al son de ninguna melodía.

Homenaje a los mayores

Música la ha habido, sí, pensada para homenajear a los más veteranos –”los barceloneses más mayores y más sabios, los ciudadanos y las ciudadanas que tienen 60, 70, 80 años o más, los más vulnerables y el sector de población más castigado por la crisis sanitaria”–, pero solo se ha podido escuchar por televisión. En la calle estruendo de petardos y pirotecnia de altura, por encima de los 100 metros, para poder ser apreciada desde el máximo número posible de calles, plazas, balcones y ventanas.

Y así, con cuatro piromusicales idénticos sincronizados vía satélite, se ha despedido la Mercè. “Una Mercè atípica pero que se ha podido celebrar, que era básicamente el objetivo”, a juicio del concejal de Cultura Joan Subirats. Y que el consistorio ha encarado “con fe, con garra y con ilusión”. El lema lo ha tomado prestado para resumir la fiesta mayor de este año del Club Esportiu Unificat Ciutat Meridiana, cuyo campo de fútbol ha debutado como escenario en la actual edición.

"Dosis de absentismo"

Este ha sido uno de los nuevos puntos de celebración, junto a, entre otros, el Jardí dels Drets Humans del barrio de la Marina y los ocho interiores de manzana del Eixample. Estos últimos “han funcionado fantásticamente”, según Subirats. Aunque la expansión no ha sido tan celebrada por los vecinos del Gòtic, barrio tradicionalmente epicentro de la fiesta y este año casi sin ninguna actividad programada.  Y quejas por ello.

Los reproches del consistorio han llegado desde otro frente: “la dosis de absentismo”. Con estas palabras se ha hecho referencia a todas aquellas personas con entrada (gratuita) reservada pero que ni se han presentado a la cita ni la han anulado. El resultado: sillas vacías con entradas agotadas (la mayoría) y gente con ganas de acudir y sin reserva liberada para hacerlo. Con ello, la ocupación ha sido del 66%. Y pese a ello, el ayuntamiento “está muy contento” porque  de esta manera se ha garantizado el derecho a la cultura del ciudadano y el trabajo del colectivo de artistas, muy afectado por la pandemia y aún recuperándose de la crisis del 2008.

Tres espectaculos anulados

Con todo,  la experiencia de los espacios perimetrados y las reservas previas se repetirá en breve: con la segunda Biennal de Pensament que empezará el próximo 13 de octubre. Y ahí va un ruego: “Esperemos que la gente sea mas consciente a la hora de hacer las reservas y anularlas si finalmente no acude”. Los que sí han disfrutado de la Mercè lo han hecho responsablemente y sin incidentes a destacar.

De esta manera se ha cumplido el mantra de estas fiestas: presencialidad y prevención por igual. De hecho, desde el ayuntamiento se ha sido tan prudente que se han anulado tres espectáculos porque uno de los artistas había estado en contacto con un positivo de covid-19, un balance más que bueno teniendo en cuenta que había programadas 371 representaciones.

En resumen: “Ha sido una fiesta mayor diferente, una fiesta mayor atípica, una fiesta de la Mercè que esperamos no tenga repetirse en estos parámetros. Pero, al final, hemos llevado la fiesta a la calle y la hemos gozado durante tres días”. Palabra de Subirats.