PROYECTO FERROVIARIO

El tranvía llegará a Verdaguer en el 2023

Simulación del trazado del tranvía por la Diagonal.

Simulación del trazado del tranvía por la Diagonal. / periodico

Carlos Márquez Daniel

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Unión de los tranvías, capítulo 654. Cuando la trama rozaba el encefalograma plano, cuando las noticias generaban más pereza que esperanza, cuando la política se había comido a la infraestructura, por fin un giro argumental consistente. La Autoridad Metropolitana del Transporte (ATM) ha aprobado este miércoles el proyecto ejecutivo de la fase 1 de la conexión del Trambaix y el Trambesòs, el tramo que va de Glòries a Verdaguer, el cruce de la Diagonal con la calle de Girona. Representa una longitud de 1,8 kilómetros (faltarían tres más hasta la plaza de Francesc Macià), generará tres paradas nuevas y la inversión prevista es de 44,4 millones de euros que irán a cargo de la Generalitat. Si nada lo evita, las obras empezarán en el primer semestre del 2021 y se espera que el tranvía ya pueda cruzar paseo de Sant Joan en 21 meses y medio. O sea, a principios del 2023, poco antes de las elecciones municipales. Cosas del azar.

La pregunta del millón

El anuncio se ha hecho sin resolver la duda del millón de dólares: ¿cuál será el modelo de gestión de este tramo? ERC votó a favor del proyecto en el ocaso del mandato municipal anterior, a principios del 2019. Lo hizo con un pinza en la nariz a la espera de que se garantizara la gestión pública del trazado. Tal y como ha avanzado el 'conseller' de Territori, Damià Calvet, eso es algo que todavía se está estudiando, a la vez que ha recordado que falta mucho para que los tranvías empiecen a circular. Es decir, se está buscando la manera de cumplir con ese compromiso y, de paso, no tener que pagar nada a las concesionarias actuales, puesto que el rescate -millonario- de toda la explotación está más que descartado. 

Lo que sí parece más claro es la intención del Govern de extender la malla ferroviaria, tal y como prevé el plan que a principios de siglo alumbró el Trambaix y el Trambesòs. En este sentido, Calvet ha avanzado que ya se está trabajando en los pliegos iniciales para hacer llegar las vías hasta el puerto de Badalona (previa aprobación del plan urbanístico de las Tres Xemeneies del Besòs) y hasta Sant Just Desvern. El proyecto original hablaba de ampliar hasta la parada de Rodalies de Badalona y hasta Sant Vicenç dels Horts, aunque eso es algo que, en pleno debate sobre la gran Barcelona, quizás ha quedado obsoleto o falto de ambición. En cuanto a la fase 2 barcelonesa, la conexión definitiva de Verdaguer hasta Francesc Macià, la idea es empalmar el final de la ejecución del primer tramo con el inicio de la obra del segundo y definitivo. Eso, en un ejercicio de franca ciencia ficción, situaría la conexión total sobre el 2027. 

El 25 de junio del 2019, la ATM ya había dado luz verde al estudio informativo, preceptivo en cualquier proyecto ferroviario. De hecho, dos años atrás, en el 2017, este mismo ente ya había brindado un primer 'ok' a ese mismo documento. Pero faltaba resolver lo más relevante: ¿por dónde unimos las vías? Eso es lo que resolvió hace un año dando como buena la conexión a través de la Diagonal y en superficie, como quería el gobierno de Ada Colau y defendía su hombre fuerte al frente del plan, el 'exconseller' Pere Macias, secundado por Oriol Altisench. Quedaron fuera de la carrera la alternativa de soterrar el tranvía, hacerlo pasar por el Eixample o apostar, como siempre reclamó Trias, por el bus eléctrico.  

El proyecto ferroviario va de la mano de la reforma urbanística, que modificará de manera substancial la Diagonal, sobre todo en lo que tiene que ver con el vehículo privado, que verá como su espacio queda muy reducido y en las laderas. Todo ello tendrá un coste de 35 millones de euros que van a cargo de las arcass municipales. Para la entrada en servicio de este tramo de Tram, que sumará las paradas de Monumental, Sicília y Verdaguer, donde se podrá conectar con las líneas 4 y 5 de metro, serán necesarios tres convois adicionales. Se prevé que la demanda sea de unos 19.000 viajes diarios, cifra que superará las 100.000 nuevas validaciones, o esa es la estimación, cuando se cosa toda la red. Siempre y cuando el coronavirus sea para entonces un mal recuerdo. A diferencia del resto de trayecto ya operativos, el recorrido de Glòries hasta Girona se hará sin catenaria, tal y como y avanzó este diario en marzo del 2017, y se apostará por la alimentación continua terrestre.

Década prodigiosa

Todo esto sucede 10 años después de que en Barcelona se celebrara una consulta que terminaría precipitando la caída socialista tras 32 años al frente de la capital catalana. La idea de preguntar a los ciudadanos sobre cuál era el mejor proyecto para unir los tranvía salió muy mal. O muy bien, según a quién le pregunten. Jordi Hereu firmó su sentencia de muerte como alcalde. Y Xavier Trias, tras imponer con habilidad la opción C que implicaba no tocar nada y que acabaría imponiéndose con el 80% de los votos, inició un plácido año hasta las elecciones que le entregarían el cetro municipal en mayo del 2011. Desde entonces, lo que ha abundado es un debate sobre la conveniencia, los costes, el diseño, las comparaciones con otras ciudades, el presupuesto, la gestión; todo, con tintes políticos que generaron dos bloques estancos en el pleno municipal. A finales de año se licitará la fase 1 y en los meses siguientes empezará la obra. Pero con el tranvía nunca se sabe.