Las bibliotecas de Barcelona reabren a medio gas

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Gemma Tramullas

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Diez bibliotecas municipales de Barcelona reabrieron ayer sus puertas con tantas restricciones impuestas por los protocolos sanitarios que parecían haber retrocedido varias décadas en el tiempo. Después de dos meses y medio de cierre, en la biblioteca Sagrada Família el personal se afanaba en transportar los carros repletos de documentos retornados por los usuarios a una sala donde deberán pasar una cuarentena de 14 días para evitar contagios. En total, los 349.213 libros, cedés, deuvedés y revistas que están actualmente en préstamo en la red de bibliotecas deberán permanecer en aislamiento antes de retornar a los estantes o volver a ser prestados.

"Los documentos retornados tienen que manipularse con guantes y mascarilla y la idea es que vayan directamente del buzón de devoluciones a la sala de cuarentena para minimizar riesgos", explicaba Candi Rubín, que ayer se esforzaba en coordinar el equipo de este equipamiento del Eixample. En un contexto ya de por sí extraordinario, la llegada de los primeros usuarios con cita previa coincidió con la presencia de operarios que instalaban mamparas de cristal en el mostrador principal.

Proceso más lento

"Ahora todo es más lento y tendremos que acostumbrarnos", afirmaba con una calma asombrosa la bibliotecaria Neus Arroyo. Aunque desde el martes ya pueden volver a hacerse reservas por internet, los documentos solo se podrán recoger con cita previa, que se puede pedir a través de la web y por teléfono. En una biblioteca como la de Sagrada Família, donde la media de préstamos diarios era de 696 documentos antes del covid, los trabajadores prevén pasar muchas horas colgados al teléfono concertando citas cada cinco minutos. Asimismo, para evitar un alud de retornos se ha ampliado el plazo de préstamo hasta el 31 de julio.

Esta será la situación mientras esté en vigor la orden ministerial que afecta al funcionamiento de las bibliotecas. Aparte de los servicios básicos de préstamo y retorno y de la apertura de las salas de estudio (prevista para la fase 2), hasta nueva orden pocas cosas más se podrán hacer, al menos presencialmente, en estos equipamientos que juegan un papel clave en la democratización del acceso a la cultura y al conocimiento.

Fuentes del Consorci de Biblioteques de Barcelona consideran que su reapertura era urgente y aseguran que se irán añadiendo más bibliotecas a medida que lo permitan las condiciones sanitarias y según la disponibilidad de la plantilla. Pasarán varios meses antes de volver a la normalidad, pero ya se están programando actividades presenciales de cara al verano.

Solo han reabierto 10 de las 40 bibliotecas de la red municipal, una por distrito menos en el Eixample (donde además de Sagrada Família también ha abierto la Joan Miró) y en Sarrià-Sant Gervasi, donde todas permanecen cerradas. El horario está restringido (de lunes a miércoles, de 14.30 a 19.30 y de jueves a sábado, de 9.30 a 14.00), solo se permite el acceso hasta el mostrador de préstamo, no se puede acceder a las salas de lectura, ni consultar la prensa, ni usar los ordenadores con acceso a internet, ni pedir préstamos interbibliotecarios... Lo único que no ha parado el virus es la compra de novedades, que los usuarios ya pueden reservar.

Más préstamos digitales

Durante la pandemia, el aumento de préstamos de libros digitales y de visualización de películas a través de la plataforma eBiblio se ha multiplicado por cuatro y las bibliotecas han abierto un canal de Instagram y de YouTube para poder realizar actividades en directo. Precisamente, este último canal se estrenó ayer con un ciclo temático dedicado a las islas del mundo.

Más de un millón de barceloneses tienen carnet de las bibliotecas y precisamente el usuario un millón es de Sagrada Família. Se trata de unos de los servicios municipales que año tras año figura entre los mejor valorados por la ciudadanía, aunque el año pasado los trabajadores organizaron varias protestas para exigir mejoras laborales y más recursos en los equipamientos.