RECICLAJE Y VALORIZACIÓN ENERGÉTICA

La BCN metropolitana bate su propio récord de recogida selectiva de residuos

Contenedores de recogida selectiva, en Barcelona

Contenedores de recogida selectiva, en Barcelona / periodico

Luis Benavides

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Máximo histórico después de casi una década de estancamiento. La tasa de recogida selectiva en el área metropolitana de Barcelona se sitúa en un 38%. Por primera vez desde el 2013, la producción de residuos ha disminuido unos 10 kilos por habitante respecto al 2018. Con todo, estas cifras están lejos de los niveles fijados por la  Unión Europea, que exige hasta el 50%. Solo nueve de los 36 municipios cumplen. “Solo un 3% de la población hoy estaría cumpliendo con la normativa europea pero tenemos que celebrar que damos pasos adelante”, ha subrayado el vicepresidente de Ecologia del Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB), Eloi Badia, durante la presentación del balance anual de la gestión de los residuos en los 36 municipios de la conurbación de Barcelona.

La cantidad de residuos recogidos que han sido separados correctamente superan las 550.000 toneladas en el 2019, un 1% más que en el año anterior. El volumen de fracción resto -la fracción de los residuos de origen doméstico que se obtiene una vez efectuadas las recogidas separadas- ha caído un 4%, al pasar de  un millón de toneladas en el 2018 a menos de 960.000 el año pasado. En total, la cantidad de residuos producidos ha bajado un 2,2%, “la primera bajada desde el final de la anterior crisis económica, en el 2013”, subrayan fuentes del AMB.

El ente metropolitano celebra la mejora en las cifras, especialmente en la recogida selectiva de la fracción orgánica y la del papel y cartón, que suponen más de la mitad del incremento. “El aumentos de recogida de materia orgánica es un hecho especialmente positivo, ya que cuando se deposita de manera errónea  al contenedor gris de resto no sirve para ser transformada en abono y metano para obtener energía”, destacan fuentes del ente.

Nuevos sistemas

El impulso de nuevos sistemas implantados en los municipios metropolitanos podría estar detrás de estas cifras de récord.  Badia ha explica que este balance demuestra que “el cambio de modelo impulsado por el AMB, basado en una mayor individualización de la recogida, funciona”.  El vicepresidente hace referencia a modelos como el ‘puerta a puerta’ y los contenedores inteligentes, desplegados en El Papiol. Con todo, admite, “todavía falta un gran salto adelante en los niveles de recuperación”. El ritmo del incremento de la recogida de todas las fracciones es insuficiente para cumplir con los objetivos europeos, y eso puede tener unos costes ecológicos y también económicos. “Sabemos que apostar es un ahorro para los vecinos. Cumplir con los objetivos nos permitiría ahorrar 15.000 millones (el coste actual de 140 millones anuales) y no hacerlo costará 45 millones más (hasta el 2025)”, ha detallado.

El Papiol, uno de los municipios que ya cuenta con uno de los índices de recogida más altos (60%), es pionero por la implantación de contenedores inteligentes. Estos contenedores tienen como finalidad “identificar el comportamiento reciclador individual de la ciudadanía” y se espera que aporten resultados comparables a otros sistemas como el conocido como ‘puerta a puerta’ (que ha elevado al 70% los índices de recogida de los municipios que lo han aplicado).

Dos barrios de El Papiol acogieron la primera prueba piloto el pasado 8 de enero. Para abrir los contenedores de la fracción orgánica e inorgánica se necesita una tarjeta. Los primeros datos indican que el 100% de las viviendas de Puigmadrona ya los han hecho servir. En Trull, un 70%. Estos contenedors se implantarán progresivamente en el resto del municipio y en otras poblaciones como Sant Just Desvern.