BARCELONEANDO

En busca de la placa perdida

Tras cinco años de errores municipales y dos ubicaciones distintas, la plaza de Humberto Rivas sigue sin un rótulo con su nombre

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Natàlia Farré

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La plaza tiene nombre pero no tiene placa. De hecho, fue bautizada popularmente mucho antes de que lo fuera oficialmente. Es más, ha tenido dos bautismos publicados en la 'Gaseta municipal', pero el marcador del mármol sigue a cero. Pues eso, dos distinciones nominales que no lucen en ningún sitio porque no hay placa. ¿Complicado? Lo suyo, pero más lo es la burocracia municipal, incapaz de deshacer diligentemente un entuerto por ella creado. Resumiendo, la plaza de Humberto Rivas ha tenido dos ubicaciones diferentes en Nou Barris pero hoy por hoy aún no ha estrenado placa. Los vecinos la reclaman y la reivindican. Se entiende. Llevan cinco años en ello.

En el 2016, el Turó de la Peira se encontró con una plaza de Humberto Rivas que no quería y con una plaza sin nombre que quería para Humberto Rivas

El tema arrancó en el 2014, cuando los residentes y comerciantes del Turó de la Peira decidieron homenajear al fotógrafo argentino poniendo su nombre a una plaza del barrio que carecía de él. Concretamente, en la que se esconde detrás de Can Basté y a la que se accede a través de un pequeño pasaje que separa lo que en su día fue masía y hoy es centro cívico de la iglesia de Santa Eulàlia de Vilapicina, antaño parroquia, y en la actualidad, santuario. Se pasó la petición al ayuntamiento. Y empezó el enredo. Durante su tramitación se confundió el espacio. A Humberto Rivas se le otorgó una plaza, sí, pero no la de detrás de Can Basté, sino la de enfrente.

Del error se dieron cuenta los vecinos en el 2016. ¿Cómo? In situ. La brigada responsable de colocar los nombres de las calles se presentó para colgar la placa pero las coordenadas no coincidían con las indicadas por los vecinos. Estos esperaban detrás y el trozo de mármol a punto estuvo de colocarse delante, en la fachada de Can Basté, para dar nombre al espacio ajardinado que se abre frente al centro cívico. Y es que esa plaza, y no la de detrás, es la que tramitó el Nomenclátor (la comisión municipal que tiene potestad para quitar y poner nombres a las calles) para honrar a Humberto Rivas. Craso error. Las placas no se instalaron, por supuesto. Ni en el sitio aprobado por el consistorio (el barrio se negó) ni en la ubicación indicada por los vecinos (no coincidía con lo aprobado oficialmente así que no había posibilidad alguna de hacerlo).

Todo muy surrealista

De manera que en el 2016 el Turó de la Peira se encontró con una plaza de Humberto Rivas que no quería y con una plaza sin nombre que quería para Humberto Rivas. Tan surrealista como cierto. En junio del 2017 se deshizo el entuerto. El Nomenclátor decidió rebautizar como plaza de Can Basté la de enfrente del centro cívico y como Humberto Rivas la de la parte posterior, tal como habían pedido los vecinos. Ada Colau firmó el decreto con la nueva nomenclatura en diciembre del 2018. Todo en orden o quizá no tanto...

Arreglado el despropósito solo quedaba colocar la placa. Y ahí llega el punto más surrealista de todos: se ha perdido o eso dicen los vecinos. "En la última reunión con el distrito nos dijeron que no estaba instalada porque no la encontraban. Y aquí seguimos, sin respuesta". Palabra de Antonio Silva, presidente de la asociación de vecinos del Turó de la Peira. Más suerte ha tenido la que suscribe. Este jueves, fuentes del ayuntamiento aseguraban que en febrero se encargó la nueva placa y que la intención es concretar una fecha con los vecinos para celebrar un acto oficial de inauguración. Lo cierto es que, cinco años después de la iniciativa vecinal, la plaza sigue sin nombre, y la indignación, in crescendo. Este viernes hay reunión con la regidora del distrito. La semana que viene, audiencia pública y plenario. Y el tema de la placa perdida es uno de los puntos a plantear. "Es una reivindicación del barrio que no vamos a abandonar", asegura Silva.

El porqué del nombre tiene su qué. Humberto Rivas no fue solo un reconocido fotógrafo –Premio Nacional de Fotografía, Premio de Artes Plásticas Ciudad de Barcelona y Medalla de Oro al Mérito Artístico–, fue también docente de fotografía en Can Basté. Y los vecinos no olvidan.