Barcelona explota el filón del turismo de negocios combinado con tiempo de ocio

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Patricia Castán

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Por cada tres viajeros vacacionales que llegan a Barcelona, uno lo hace por negocios en los últimos tiempos. La proporción, que invierte porcentajes históricos, tiene que ver con el estallido de la capital catalana como destino sobre todo de escapadas europeas, aunque no significa que el visitante de negocios se extinga. De hecho, el barómetro más preciso de una parte del turismo profesional, los congresos y convenciones, subirá este 2019 y superarán los datos del año pasado. La estrategia que la propia tendencia sectorial ha insuflado en la ciudad, es la alianza entre estos dos tipos de viajes, el llamado 'bleisure'. O sea, sumar 'business' (negocios) y 'leisure' (ocio). El dato más significativo es que el 67% de los congresistas vinieron el año pasado con acompañante y alargaron su estancia hasta los 4,95 días (4,32 en el caso de convenciones).

Tras un 2017 récord de asistentes y un 2018 con menos congresistas pero más impacto económico, el ámbito de los congresos -muy dependiente de la rotación anual- crecerá este año en Barcelona con la perspectiva por delante de la macro cita textil ITMA 2019 -casi del calado, en afluencia, del congreso mundial de telefonía móvil-, y que se suma a una agenda de vértigo de reuniones médicas. Barcelona encadena casi dos décadas en el 'top 5' de este segmento turístico. Pero la tendencia más notable es que los congresistas, amén de su rentable desembarco por motivos profesionales, viajan cada vez más acompañados (a veces con más de una persona) y agregan dos noches más a las tres que de media les lleva la visita profesional. 

Esa suma de pernoctaciones se deja notar en el saldo final de la ciudad, que en el 2018 fue de 19.293.683 (en hoteles), ante un total de 9.117.474 turistas alojados. Repercueten también en el consumo de comercio, visitas culturales, restaurantes y servicios de transporte. Manel Casals, director del Gremi d'Hotels, detalla que la prolongación de esas estancias redunda en el fin de semana, cuando el profesinal se suma así al viajero vacacional. Y enfatiza que además de añadir placer, los viajes congresuales se utilizan cada vez más para realizar también otros negocios en la ciudad, como se constata en la reserva de salas de reuniones y presentaciones de los hoteles.

El impacto económico para la ciudad ha hecho que Turismo de Barcelona apueste por incentivar esta vía, enriquecida con los programas de cultura, de gastronomía y de compras. Así se destaca en los dossieres de candidatura que el consorcio presenta a lo largo y ancho del mundo. Las encuestas realizadas a participantes y directivos constatan que casi el 73% conocen previamente la ciudad, hasta el punto de que la celebración en Barcelona incita al 70% de los asistentes a la hora de participar. El municipio les resulta conveniente en infraestructuras, distancias a los espacios congresuales y conectividad aérea, además de sus atractivos, cuenta Christoph Tessmar, director del Barcelona Convention Bureau (BCB), el programa de Turismo de Barcelona que trabaja en la captación y candidatura de la capital catalana en reuniones profesionales y congresos

Compitiendo con Madrid

Sus informes anuales y el reciente ránking de la asociación internacional ICCA 2018 confirmaron que la ciudad sigue en los principales puestos europeos. Madrid se situó el año pasado tercera, justo por delante de Barcelona -con un encuentro menos-, aunque hay que se da la circunstancia de que el congreso de móviles o grastroenterología no computan al no ser rotativos con tres ciudades, como exige este índice. De hecho, la capital catalana sumó 50.000 congresistas más. En el BCB defienden que la inestabilidad política no está mermando futuras contrataciones, como sí pasó el año pasado con los congresos de pequeño formato que suelen realizarse con poca antelación en hoteles u otros espacios. Los grandes se contratan con años de adelanto, lo que hace imposible relacionar de momento esas cifras con el efecto del 'procés'. Tessmar considera normalizada la situación, con importantes citas ya ligadas incluso hasta el 2025.

Es llamativo, de hecho, que de los más de 651.000 delegados del año pasado, a la cabeza estuvieron los españoles, seguidos por estadounidenses, británicos, franceses y alemanes.

Ciencia y tecnología

El año en curso se considera "muy bueno" en esta vertiente dentro del turismo de negocios, que no solo depende de sumar convocatorias, sino de la frecuencia -no anual- de muchas de ellas, lo que marca oscilaciones. Así, un 2017 de récords generó más congresos y delegados en Barcelona que el 2018 (no fue la única gran urbe donde sucedió) , aunque este último siguió líder en asistentes y, sobre todo, logró un mayor volumen de negocio (1.901 millones de euros, igualando datos del 2001) al aumentar las estancias y con ellas las pernoctaciones un 7,4%. 

Durante el 2019 se celebrarán al menos una treintena de congresos importantes, protagonizados por el sector médico y el de las nuevas tecnologías. Tessmar destaca que aparte del impacto económico, el médico es un sector estratégico porque la ciudad pasa a ser escenario de presentaciones de informes, estudios o tratamientos. En los próximos meses llegarán el congreso europeo de diabetes, de enfermedades cardiovasculares o de gastroenterología. Aunque ninguno tan relevante como el de la Sociedad Europea de Medicina Oncológica (ESMO), que prevé contar con entre 28.000 y 30.000 participantes en la Fira Gran Via en septiembre. Mientras que el año que viene ya se han confirmado al menos 55.000 delegados en convocatorias médicas y científicas.

Ese desembarco que solamente en grandes citas se fija en al menos 367.000 delegados este año (no incluye las pequeñas o el resto de viajes MICE -de incentivos y corporativos-), nutre sobre todo a los hoteles, que eligen un 89% de los participantes como alojamiento. En su enorme mayoría (71,1%), de cuatro estrellas