Carrera contra reloj con final feliz

Dos mossos salvan en tres minutos la vida de una bebé en Barcelona

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zentauroepp46750557 bebe mossos padres190129123131 / Ricard Cugat

Óscar Hernández

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Vida o muerte. Éxito o fracaso. Victoria o derrota. Los policías, como los bomberos y otros servicios de emergencia, lo saben muy bien. En la carrera por la supervivencia unas veces se gana y otras se pierde. Pero con una bebé que se llama Victoria las cosas no podían salir mal. Y así fue.

La dramática cuenta atrás de esta historia dura solo tres minutos, aunque a todos sus protagonistas les parecieron una eternidad. David Alcalde, de 33 años, estaba comiendo con su mujer, Daniela Trifu, de 30, en un restaurante de la calle de Marina el pasado 2 de enero. Al lado, en el cochecito dormía plácidamente Victoria, de un mes. "No la oíamos y como tampoco se movía miramos qué le pasaba y nos dimos cuenta de que no respiraba", explica Alcalde.

"No es mi problema"

Con la niña en brazos, Alcalde salió a la calle, en el cruce de Casp con Marina, cerca de la plaza de toros, e intentó parar a algún coche para que les llevaran corriendo al hospital. "Me acerqué a una mujer que conducía un 4x4. Llevaba dos niños detrás. Uno de ellos bajó la ventanilla. Le pedí a la madre que me llevara al Hospital de Nens, que mi hija se moría. Y me contestó que no, que no era su problema".

Y entonces, según sus propias palabras,  "aparecieron dos ángeles". Un coche patrulla de los Mossos d'Esquadra de la comisaría de Sant Marti venía por el lateral de la Gran Via hacia Marina después de haber dejado a un detenido en el complejo policial de Les Corts.

Mientras el padre cuenta, ahora sonriente, su experiencia, los mossos Guillermo Pérez de Tudela (sí, familiar del montañero que se hizo famoso en los 80), y Toni Vidal, le escuchan complacidos a la vez que observan a la bebé Victoria, ahora dormida en los brazos de su madre, tres semanas después del suceso, en un encuentro con los rescatadores en una cafetería muy cerca de donde comenzó la parte feliz de la historia.

Sin tiempo para una ambulancia

"Le vimos en la calle muy alterado, pidiendo ayuda. Me dijo que la niña no respiraba. Cogí a la bebé con la mano, era muy pequeñita, e intenté hacerle la maniobra de reanimación, pero no reaccionaba", cuenta Pérez de Tudela. El padre de Victoria les informó de la cercanía del Hospital de Nens,  a apenas cinco calles. Los agentes decidieron no esperar una ambulancia, sentar a la madre y a su bebé en el asiento trasero y dirigirse a toda prisa al hospital.

"¡Prioridad, prioridad! Niña con síntoma de ahogamiento. Nos dirigimos al hospital más cercano", alertó el agente Pérez de Tudela por la emisora, mientras Vidal activaba luces y sirena y arrancaba desde Gran Via con Marina a Consell de Cent, 437. "Luego supimos que tardamos tres minutos en llegar, pero se nos hizo larguísimo. El último tramo tuvimos que entrar en dirección contraria", recuerda el mosso conductor.

"Es que la niña ni lloraba pese a las prisas y las sirenas. Iba en el asiento de detrás en brazos de su madre", añade el policía. El padre, mientras, corría por la calle con el cochecito vacío y llorando sin parar. "La gente me miraba sin entender qué me pasaba",  ríe ahora.

El primer lloro de Victoria

La entrada en el Hospital de Nens fue también de película. "En cuanto las enfermeras nos vieron llegar nos hicieron bajar a urgencias y se volcaron con la pequeña. Salió un montón de gente. Y al cabo de un rato la niña, por fin, empezó a llorar", explica uno de los agentes. "Tenía un tapón de moco que no la dejaba respirar, se lo sacaron y le pusieron oxígeno. Ya estaba azulada", relata la madre, Daniela Trifu, ahora mucho más tranquila. "Tenía el mismo color que mi camisa", ilustra el mosso Pérez de Tudela.

A su regreso a la comisaría de Sant Martí todos los compañeros les preguntaron a la pareja de agentes por la bebé. Habían seguido en vilo los mensajes radiados durante la fulminante evacuación. Tanto es así que cuando varios días después el padre de la criatura fue a la comisaría a dar las gracias se llevó una gran sorpresa. "Todos sabían lo que había pasado y ya conocían a mi hija", recuerda.

Alcalde escribió allí mismo una carta de agradecimiento en la que explica: "Cuando pedía ayuda en la calle y nadie respondía aparecieron los agentes como dos ángeles. Gracias a su actuación salvaron a mi hija". Junto a la firma, el padre feliz, que pide una medalla para los dos policías, dibujó un emoticón de cara sonriente. Victoria cumplirá dos meses el próximo domingo 3 de febrero.