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Las gitanas del Raval de Barcelona luchan contra el olvido de la rumba

Concierto en el encuentro de mujeres gitanas del Raval.

Concierto en el encuentro de mujeres gitanas del Raval. / periodico

Elisenda Colell

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La calle de la alegría. Así es como la tía Mercedes quiere recordar la calle de la Cera del Raval de Barcelona. Se emociona al explicar cómo sonaba la rumba en el Bar del Toni, con Peret o Ramon Reyes a la guitarra. Ya fuera una boda, la verbena de Sant Joan o el día de Navidad, la fiesta se alargaba hasta las tantas de la madrugada. Los niños correteaban por las calles de Sant Climent y del Salvador mientras los vecinos compartían comida y problemas. “Éramos como una familia". Ella es una de la decena de personas que han participado en un proyecto que recopila la historia de los gitanos del Raval. A sus 78 años, se define como una gitana catalana de más de seis generaciones. Ahora, salir de casa le da miedo. Dice que este último año ya le han robado tres veces. 

"No quiero que se pierdan nuestros recuerdos”, pide su hermana, la tía Mari. Lleva más de 70 años viviendo en la misma calle del Raval y ahora ve cómo los jóvenes se funden delante la pantalla del móvil. De adolescente aprendió a vender ropa llamando a las puertas de sus vecinos. Su madre trabajaba en el mercado de la Concepció y su padre iba cada mañana al Born a buscar trabajo. "Nosotros llevamos la moda de Barcelona al mundo entero", presume el tío Pistolas (Manel Pubill). Ha vivido en Chile, Argentina e Italia sobreviviendo con la venta ambulante. Dice que los judíos descubrieron los tejidos gracias a los gitanos. Pero al final, tuvo que volver al Raval: “Echaba de menos los olores y la gente del barrio”. Pistolas pide a los jóvenes gitanos que no olviden de dónde vienen. "Tienen que ser gitanos del siglo XXI, no pueden perder los valores de nuestra cultura". Por ejemplo, el respeto por los mayores.

Las canciones del tatarabuelo

Las sobrinas de Mercedes reconocen que las calles de los gitanos del Raval ya no son lo que eran. "Nos hemos vuelto más individualistas, más europeos. Vas a un hospital y ves a 300 gitanos. Antes pasaba lo mismo por cualquier problema". Conscientes de que ya no se puede volver a tejer esta unión vecinal, el problema es el olvido. "No puede ser que sepa más cosas del inventor de la bombilla que de las canciones que cantaba mi tatarabuelo" dice Lola Batista. A su hermana Sinaí siempre le ha dado vergüenza decir que es gitana, especialmente al pedir empleo. Ahora quiere contar el pasado de su pueblo a toda la ciudad. “Hace siglos que los gitanos estaban apartados, los echaron de Barcelona. Aún así viajaron, trabajaron muy duro y, además inventaron la rumba catalana. ¿Cómo no voy a estar orgullosa de mi pueblo?”. 

Este proyecto de recuperación lo ha ideado Samuel García, de la asociación Carabutsi, que en el 2016 vio que los nombres ilustres de la rumba iban desapareciendo, y con ellos su legado. El Casal Folch i Torres, en el barrio del Raval, se ha convertido en un espacio de reunión y puesta en común. Allí se han escaneado y digitalizado más de 3.000 fotografías que estaban escondidas en álbumes familiares. También han catalogado canciones, y en definitiva, recuerdos de la decena de vecinos que vivieron los años en los que nació la rumba del ventilador. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha ayudado a recopilar y ordenar toda esta  información. Han sido el arqueólogo Lluís Calvo, la antropóloga Araceli González y el musicólogo Emili Ros quienes han participado en este proyecto. "No estamos acostumbrados a ver gitanos en los museos" dice Calvo, que recuerda que se acercaron a la comunidad gitana con la idea de llevar la ciencia entre los colectivos más vulnerables y con mayor exclusión social. González cree que este proyecto va a ayudar a mostrar la Barcelona más plural y diversa "en unos tiempos en los que la convivencia es más necesaria que nunca".

De las redes vecinales a las redes sociales

Una vez hecha la recopilación de la información, el siguiente paso es subirlo a internet para que todo el mundo pueda consultar y conocer estos recuerdos. Tampoco descartan implicar a otros barrios de tradición gitana de Barcelona, como Hostafrancs o Gràcia. Sueñan con planear exposiciones fotográficas alrededor de Barcelona o incluso, una ruta callejera dónde los participantes puedan descargarse las imágenes y las canciones en un instante al teléfono móvil.

Estos meses de trabajo de campo han despertado consciencias. Naomi Amaya es milenial, youtuber y gitana. Ahora quiere hablar de ello a través de las redes sociales. "Nos hemos dado cuenta que la historia de los gitanos la tenemos que contar nosotros, porque nadie más lo hará", dice Sinaí, que ya se imagina guiando a los turistas y curiosos por la calle de la Cera. “La historia de los gitanos del Raval también es la historia de Barcelona y de Catalunya, aunque no te la expliquen en los museos ni salga en los libros de texto”.