La precampaña municipal

Miedo en Ciutadans a que la operación Valls les borre del mapa en Barcelona

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Toni Sust

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La 'operación Valls' genera desconcierto y temor en las filas de Ciutadans. En Barcelona, como mínimo. Hace meses que se alzaron voces de gente del partido de Albert Rivera  sorprendidas por el hecho de que Manuel Valls nunca hubiera pisado su sede, por que no se enteraran de que acudía a la ciudad si no era por los medios de comunicación. ¿No iba a ser su candidato? Tal como se aproxima la fecha de las elecciones municipales del 26 de mayo, y después de que el exprimer ministro francés confirmara que será candidato a la alcaldía, el desconcierto se está tornando estupor, porque muchos en las filas de Ciutadans se preguntan qué es exactamente lo que va a ganar el partido con el fichaje del francés.

Los más inquietos temen que sus siglas desaparezcan durante el próximo mandato municipal, 2019-2023, sin contraprestación que lo justifique y tirando por tierra, dicen, el resultado del 2015, que si bien les dejó en la oposición también les situó como tercera fuerza en el consistorio, en el que no había logrado representación anteriormente.

Ventajas y desventajas

Algunos cuestionan que Ciutadans fichara a Valls: sostienen que ha sido al revés, que Valls fichó a Ciutadans, a la vista de que tan fácil se lo ponía, con el fin de obtener lo que le beneficia, esencialmente, el hecho de heredar los derechos electorales del grupo municipal, y orillar lo que le incordia del proyecto de los que se proclaman antinacionalistas. Lo que le incordia parece claro: durante los últimos meses, en sus numerosos encuentros con los representantes de sectores económicos dominantes ("los ricos", que dirían la alcaldesa, Ada Colau, y el alcaldable de ERC, Ernest Maragall), muchas han sido las voces que le han recomendado que no se presente a la contienda municipal como abanderado de Ciutadans. Gente que le ha advertido de que si lo hace puede generar rechazo en votantes que no quieren a Colau pero que tampoco están seducidos por la figura de Rivera, que no desean que las municipales se conviertan únicamente en un pulso entre los independentistas y los unionistas.

Algo cambió en las vacaciones de Valls en Menorca, dicen algunos de los críticos. Es cierto que el exprimer ministro ya había advertido de entrada que prefería encabezar una plataforma amplia que agrupara al unionismo, algo lógico dado que su candidatura a la alcaldía encuentra su origen en su participación en actos en contra de la independencia de Catalunya, acompañando a Ciutadans, al PP y al PSC, de la mano de Societat Civil Catalana. El PSC advirtió de entrada que no se presentaría con él. El PP dudó algo más hasta descartarlo, aunque ahora lo baraja de nuevo.

Un proyecto catalanista de izquierdas

Pero cuando Valls confirmó que sería candidato, en septiembre pasado, se presentó con un tono distinto, más conciliador. Se proclamó un candidato de izquierdas y apeló al catalanismo de su familia. Entonces, algunos en Ciudadanos, que ni siquiera envió una representación al acto, se quedaron sorprendidos. El fichaje jaleaba el espacio político de sus rivales. No era la idea que se habían hecho de lo que iba a suceder.

Todavía es pronto para todo, dicen fuentes de Ciutadans y también del equipo que prepara la candidatura de Valls. Los primeros aseguran que no hay nada cerrado y que por lo tanto nada hay que temer sobre la posibilidad de que Valls oculte a Ciutadans. Los que acompañan al candidato insisten en que el equipo del exprimer ministro francés trabaja en la definición de un proyecto para Barcelona, y no en asuntos más resultadistas, como quién irá en la lista o la definición de la candidatura.

Coalición electoral, Ciutadans o agrupación

Valls puede optar por dos vías para presentarse. Una sería encabezar una agrupación electoral de nuevo cuño. Eso le impediría aprovechar el legado de Ciutadans, no podría estar en los debates principales y se quedaría sin acceso a subvenciones relevantes, por ser obligatorio el requisito de que presentarse por lo menos en el 50% de los municipios de más de 10.000 habitantes de la circunscripción, en este caso, de Catalunya. No estaría en los bloques informativos y en los espacios gratuitos quedaría relegado a los minutos de la basura. Lo único que le beneficiaría sería que podría coger toda la distancia que quisiera con los antinacionalistas.

Pero, como está demostrando, no tendrá problema para tomar distancia incluso si toma la otra vía, la de ir a las urnas en equipo con los de Rivera, lo que puede hacer de dos maneras: o mediante una coalición electoral (como Colau hizo con ICV) o, la más convencional, como alcaldable de Ciutadans. Esta última está descartada, con lo que la opción más probable es la de un 'Junts per Valls' adaptado al caso, en la que los antinacionalistas no figuren en la denominación pero sí en la candidatura.

Entre otros aspectos, Rivera tendrá que afrontar la anomalía de que Ciutadans no haga primarias en Barcelona

Por suceder a un partido con representación en el consistorio tendría derecho a estar presente en los debates que organicen los medios públicos, es decir, TV3, TVE, BTV, Catalunya Ràdio y Radio Nacional de España, la agencia EFE. Aunque parece que el dinero no le va a faltar, a nadie le amarga que le subvencionen el correo electoral con 0,18 euros por destinatario.

Rivera, difícil vuelta atrás

Los que denuncian los riesgos de todo este asunto se preguntan, entre otras cosas, cómo hará Rivera para que no chirríe el hecho de que Ciutadans no celebre primarias en Barcelona, como debería. Valls no parece estar por la labor de debatir con nadie a quién incluye en su lista. El grupo municipal prefiere no comentar nada. Quizá alguno sea elegido para figurar en la candidatura, pero las quinielas van por otro lado. Todos coinciden en que Rivera lo tendría muy difícil para rectificar ahora y presentar a un candidato propio.

Entre los que dudan del rédito que puede suponer la operación Valls hay quien destaca una incógnita en clave identitaria: si Valls abandera una propuesta que también apela al catalanismo de izquierdas, si el PP no obtiene representación y si las siglas de Ciutadas quedan relegadas, ¿quién representará al unionismo en el ayuntamiento en el próximo mandato? ¿Solo el PSC?