UN PROYECTO CONTROVERTIDO

Colau reitera que los pisos colmena no cumplen la ley

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Imma Fernández

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En los pisos colmena no hay quien viva y no lo van a permitir"No somos abejas", clamaban los vecinos de Sants el pasado día 8, y el ayuntamiento les da la razón. Ada Colau ha vuelto este lunes a dar portazo a estas "infraviviendas" que los promotores de Haibu 4.0 se han empeñado en construir en Barcelona, a imagen y semejanza de las que existen en algunos países asiáticos, y que planean implantar en París. "Allí presentamos el prototipo y nos han dado vía verde", informa el gerente, Marc Olivé.

En Barcelona este lunes se ha librado una nueva batalla. “La normativa es clarísima y no hay ninguna ambigüedad: estamos hablando de una construcción que en ningún caso cumpliría la normativa sobre vivienda digna y adecuada, y no podría tener la cédula de habitabilidad, estaría completamente fuera de la ley”, ha asegurado la alcaldesa después de que esta mañana la Guardia Urbana se dirigiera al local de la calle de Constitució, 114, en Sants-Montjuïc, para ejecutar el precinto de las "obras ilegales que se están haciendo". Los promotores se han negado a acatar el precinto.

Desobediencia

Ante la  "sorpresa", según Colau, del rechazo a paralizar las obras, el consistorio ha advertido a la empresa que puede incurrir en un delito de desobediencia a la autoridad, tipificado en el artículo 556 del Código Penal. Los servicios jurídicos municipales estudiarán una posible denuncia judicial.

"Sí tenemos licencia para las obras", replica el gerente de Haibu 4.0, que asegura que la orden de precinto que les notificaron el pasado viernes "no estaba a su nombre sino de otro". Según sus abogados, añade, es un "tecnicismo para bloquear las obras 30 días más". "Tenemos licencia y si es necesario iremos al Tribunal Constitucional", afirma.

Concepto de hostel

Para los promotores, se trata de llevar el "concepto de hostel a unas viviendas que para los inquilinos serían de carácter temporal y les permitiría sanear su economía". Costarían a partir de 200 euros.

Serían hogares compartidos con unos cubículos de unos 2,2 metros cuadrados de largo por 1,2 de alto y de ancho, dimensiones que, si se trata como viviendas, no cumplirían el decreto de Habitabilitat 141/2012 del Govern, que exige cinco metros cuadrados de habitación para una persona, ocho para dos y 12 para tres.  

Colau ha admitido que el problema de la vivienda preocupa mucho a los ciudadanos y es una prioridad para Barcelona, y asegura que están haciendo "los máximos esfuerzos" para mejorar el acceso y pedir las competencias para limitar "los alquileres abusivos". Pero el ayuntamiento, insiste, "no va a permitir que haya empresas privadas que se quieran aprovechar de las necesidades de algunas personas y pretenden hacer infravivienda que no cumple los mínimos de habitabilidad". "No vamos a permitir que esta empresa siga con sus propósitos", ha zanjado. 

Olivé ha indicado que el propósito es primero realizar las reformas del local (parquet, luces...); amueblarlo y después exponerlo a los vecinos y al ayuntamiento para que este valore "si es digno o indigno".