UN FILME QUE ROMPE LAS BARRERAS DE GÉNERO

Un documental saca del armario el travestismo

Imma Fernández

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

“La cuestión del género se está reventando, se han roto los barrotes de la prisión de los roles y las identidades, y cada vez fluyen más y se trascienden las clasificaciones predeterminadas por la sociedad”. Las palabras de Judith Juanhuix, miembro de TransForma la salut y de la Associació Trans*Generem!, abrieron, el pasado miércoles, la presentación del documental ‘EnFemme’, dirigido por Alba Barbé i Serra, y basado en su tesis doctoral en antropología, que el programa ‘Sense ficció’ de TV-3 emitirá, en una versión reducida, el próximo 23 de octubre (21.55 horas). El club Enfemme de Barcelona, “pionero en una manera de entender el género”, es un espacio de apoyo a personas ‘cross-dressers’, “que practican el travestismo”, define la antropóloga. Allí pueden expresar sin miedo su feminidad, una identidad que muchos mantienen secreta en sus entornos cercanos y familias, y otros acaban confesando asumiendo el riesgo de perderlas.

El filme abre las puertas de ese refugio de ‘cross-dressers’, donde personas a quienes les gusta vestirse de mujeres comparten angustias, deseos y, sobre todo, quiénes son. “Quería sacar a la luz nuevas visiones de la frontera del género. El ‘cross-dressing’ ya no encaja con la imagen heredada que tenemos de los travestidos, unida al mundo gay de los artistas o a la marginalidad de la prostitución latina”, explica la antropóloga. “No hay memoria colectiva sobre el hombre heterosexual ‘cross-dresser’. Es una expresión de la identidad provisional, temporal, que suele ser una práctica muy reservada, solitaria y oculta”.

Retrato de la diversidad humana

Barbé visibiliza esas vivencias en un estupendo y necesario retrato de la diversidad humana en el que aparecen “las fortalezas y la vulnerabilidad” de esas personas; los rechazos y los miedos a las rupturas familiares y a las patadas laborales si revelan su yo más honesto. “Cuando decides confesarlo, te juegas irte a la puta calle. Te planteas: ¿vale tanto lo que llevo dentro? Pues sí”, aporta un testimonio en el documental.

Sostiene Barbé que se están produciendo “unas microrrevoluciones contra el sistema binario de género (hombre-mujer) para crear unas nuevas estructuras sociales que nos permitan tener condiciones de vida para todos”. Cuando en los bancos atiendan personas ‘trans’ y ‘cross-dressers', se habrá avanzado mucho. “No hay ningún centro de secundaria en el que no haya alumnos que estén pasando una fase ‘trans”, informa Mireia Mata, directora general de Igualtat de la Generalitat. El documental servirá, agrega, para que "personas que se creían bichos raros sepan que hay otras personas como ellas, y para que la ciudadanía entienda que todos somos libres de ser quién queremos ser”.

Algunas personas que practican el travestismo prosiguen en línea recta su viaje identitario hacia una transformación física definitiva, el paso 'trans'. Pero otra parte no se sienten enmarcados en una idea de comunidad LGBTI, aunque esta puede recoger su clamor. “Se sienten cómodos en la fluidez, coexistiendo en la ambigüedad. Permanecen como hombres y se visten de mujeres”, aporta Barbé. Hay quien solo busca meterse en la piel femenina puntualmente. Cuelga los pantalones y se sube a unos tacones. Después, vuelve al traje masculino. Es el caso de Miguel. “Yo me siento un hombre y disfruto más de hombre, pero me gusta vestirme de mujer; amo lo femenino. Y hay mogollón de chicos como yo”.

Pero encerrarse en el armario no es fácil. “Es muy cansado estar siempre sufriendo por si los hijos, la mujer o la suegra entran en casa y te encuentran convertido en Ava Gardner. Al final lo conté”, indica otro testimonio.  Luego, en la mayoría de los casos, llegan los reproches –“te has cargado la familia”- y las rupturas.

Tras la cámara de Barbé, asoman los conflictos de pareja cuando, tras lustros de convivencia, de repente el marido es “la tieta”. “¡No soportoba verlo con braguitas de puntilla! Con lo cómodos que son los calzoncillos; ahora me los pongo yo”, revela Carme, la mujer de un ‘cross-dresser’, ejemplo de quien,  tras romper su silencio, ha conseguido tras un complejo proceso de entendimiento y construcción mutuos, seguir con su pareja e hijas. “Pero el 80% de los matrimonios petan”, informa Juanhuix.

Fue el caso de Sandra Fernández, una de las protagonistas ‘trans’ del filme. “Cuando le dije a mi mujer que yo seguía siendo la misma persona, me contestó: ‘Sí, cariño, pero ahora veo una mujer’. Y se largó”. Para Fernández, el ‘cross-dressing’ fue solo una etapa en su largo recorrido hacia la identidad. “Durante 40 años no fui feliz”. Ilustra, con recuerdos, su batalla interna. “Cuando iba a las tiendas a comprar ropa para mi mujer, quería probármela y sufría por no poder hacerlo”. También rememora las noches que huía a un apartado polígono para cumplir sus deseos. “Necesitaba oír el ruido de los tacones sobre el suelo”.

Mientras otras personas “van y vienen con las faldas y los pantalones”, Fernández tenía claro que debía “romper con algo que no era” y acercarse “lo más posible” a ser mujer. Le agobiaba no saber nunca lo que era. “Por fin me he encontrado. Sé quién soy”. E insiste, matizando: “Sé quién soy, aunque no sé qué soy”. Es Sandra.