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Pacto histórico

La Sagrada Família compensa sus 133 años de obras con 36 millones para Barcelona

Sagrada Família

Sagrada Família / periodico

Carlos Márquez Daniel

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El Saló de Cent suele guardarse para actos de altura. Aquí se celebra el pregón de la Mercè, se entregan los premios y se traspasan los poderes. Este jueves también se ha usado para certificar un acuerdo histórico entre el Ayuntamiento de Barcelona y la junta constructora de la Sagrada Família, por el que el templo se compromete a pagar 36 millones de euros en 10 años que servirán para realizar mejoras en el entorno y en los transportes, con, por ejemplo, una salida del metro directa a la basílica. Será en forma de contribución, una suerte de compensación tras 133 años de obras de las que la ciudad no ha visto jamás un céntimo. El pacto, sin embargo, deja para más adelante el asunto más espinoso, la finalización, o no, de la fachada de la Glòria (y todo lo que ella representa de escalinata y avenida de acceso desde la Diagonal) en la calle de Mallorca, que requeriría expropiar a muchos vecinos que hoy desayunan con vistas al sueño de Antoni Gaudí.

Ada Colau ha llegado visiblemente satisfecha. Tras unas semanas algo crudas, con Ciutat Vella dándole fuerte a la línea de flotación del gobierno de Barcelona en Comú y con el debate municipal centrado más en los candidatos opositores que en la gestión de la capital catalana, la alcaldesa se ha anotado un tanto después de que este diario avanzara en octubre del 2016 la intención de los ‘comuns’ de reclamar al arzobispado una licencia de obra, como hace todo hijo de vecino cuando quiere tirar un tabique, levantar un altillo o perforar un trastero. La Iglesia se escudaba en un permiso del consistorio de Sant Martí de Provençals a nombre de Gaudí, con fecha de 1885. Así las cosas, el templo ha ido trabajando por silencio administrativo, lo cual, en palabras de Colau, era una “anomalía histórica”. “Mucha gente nos decía que si no se había conseguido en más de 100 años, nosotros tampoco lo lograríamos”.

Cosas pendientes

Esos 36 millones, sin embargo, no van a cuenta de esa licencia, que todavía debe negociarse y cuya cantidad, que será reducida puesto que el cliente, al ser una fundación eclesiástica, podrá beneficiarse de un montón de bonificaciones, no se ha dado a conocer. Se espera que ese montante se conozca en el primer trimestre del 2019. El dinero se viste de “financiación para pagar los gastos municipales que genera la actividad de la Sagrada Família”, es decir, la inversión necesaria para mantener decente el entorno y facilitar la movilidad. Del total, 22 millones irán a parar a ayudas al transporte público, siete se usarán para mejorar la parada de metro de las líneas 2 y 5, cuatro servirán para urbanizar los alrededores y tres se destinarán al mantenimiento del espacio público. En cuanto al suburbano, la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, ha detallado que se construirá un acceso directo a la basílica, lo que evitará que los vecinos tengan que pelearse en el tubo de acceso con las hordas de turistas. Tiene sentido si se tiene en cuenta que la atracción recibe 20 millones de visitantes al año, aunque ‘solo’ 4,5 millones entran en la basílica.

 Esteve Camps, presidente delegado de la Fundación Junta Constructora del Templo Expiatorio de la Sagrada Família, ha iniciado su turno de palabra expresando su “satisfacción”  ante lo que ha definido como “un gran día para Barcelona”. “Después de 133 años de convivencia con la ciudad, el diálogo ha hecho posible este acuerdo de construcción entre la basílica y el ayuntamiento”. Aunque no es del todo así, porque precisamente eso, la relación más administrativa, todavía no se ha resuelto, ya que no solo la licencia, sino también el plan especial urbanístico, todavía deben concretarse. En el caso de la reordenación del territorio, además, requerirá del voto del pleno municipal. Si todo sale según lo previsto, también pasará el corte a principios del año que viene.

Peliaguda segunda fase

Juan Itxaso, responsable de los temas de urbanismo y medio ambiente de la asociación de vecinos de Sagrada Família, ha lamentado que los residentes se enteraran de este acuerdo hace menos de una semana. "No hemos participado en nada, y eso nos sorprende y nos molesta". "Se ha hecho a espaldas de los afectados, solo espero que lo que se decida sobre la calle de Mallorca sí cuente con nuestra opinión". Sobre el dinero aportado, ha invitado a preguntarse si 36 millones en 10 años es mucho o poco, teniendo en cuenta que, según sus cálculos, en esta década el templo ingresará 1.000 millones de euros.

El pacto deja para “una segunda fase”, en palabras de Sanz, este tema precisamente que más afecta a los vecinos del barrio. Es el asunto que trasciende a la manzana de la Sagrada Família y que tiene a centenares de vecinos de la calle de Mallorca inquietos desde tiempos inmemoriales. Esa parte del proyecto está fuera del plazo del 2026, la fecha marcada en el calendario para que la basílica termine su expansión vertical. Pero quedará la horizontal, ese paseo que desde el mar debería dar acceso a la entrada principal, la de la fachada de la Glòria. Es decir, donde ahora hay viviendas, el templo tiene previsto un paseo hasta la Diagonal (más de 300 metros de longitud) tan ancho como el paseo de Gràcia. “Estamos impulsando una comisión de trabajo para estudiar los elementos y los instrumentos de planeamiento urbanístico y así poder abrir el debate”, ha sostenido la teniente de alcalde Sanz. Ese pantalla, sin embargo, ya la pasaron los gobiernos anteriores sin que se consiguiera una solución de consenso. O en otras palabras, la valentía política no dio para solucionar el que sin duda es el principal problema del proyecto.

Es justo admitir que en tiempos de Xavier Trias se pactó con los vecinos una afectación mínima. Se pasaba de derribar unas 850 viviendas a tocar un total de 150. En cualquier caso, ello requiere realojar a muchas familias que en ningún caso aceptarán nada que no esté en la misma zona en la que viven. Sobre la entrada de la Glòria, Camps ha recetado "diálogo y contención", pero ha dejado claro que los actuales impulsores de la Sagrada Família son "herederos del proyecto de Gaudí en toda su integridad", y como tales, no tienen ninguna intención de "renunciar a nada" del dibujo que legó el arquitecto antes de ser arrollado por un tranvía en Gran Via con Bailén.

La oposición pide concreción

La oposición ha reaccionado al acuerdo con diversidad de opiniones, por parte del PSC, el concejal Daniel Mòdol, que hace dos años calificó el templo de "mona de Pascua", ha lamento haber "perdido la oportunidad de resolver todas las afectaciones de los vecinos afectados", en referencia a las expropiaciones de viviendas en la calle de Mallorca. "Puede parecer incluso frívolo que en una operación urbanística de este calado no se tenga en cuenta uno de los retos principales que afronta ahora mismo Barcelona. 

Así les hemos contado en directo la rueda de prensa del acuerdo entre el ayuntamiento y el templo: