Procedentes de Rumanía

Desarticulada una banda de carteristas del metro de Barcelona con más de 500 denuncias

Actuaban principalmente en las estaciones de Urquinaona, Sagrada Família, Espanya, Sants Estació y Passeig de Gràcia

Carteristas en el metro de Barcelona

Carteristas en el metro de Barcelona

El Periódico

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Los Mossos d'Esquadra han desarticulado una banda integrada por seis mujeres procedentes de Rumanía que habían viajado hasta Catalunya para hurtar en el metro de la capital catalana. Eran carteristas multirreincidentes que se habían instalado de forma estable en Barcelona y que siempre buscaban a sus víctimas entre los pasajeros del tren suburbano.  

La investigación policial comenzó el 13 de octubre, cuando una de las integrantes de este grupo criminal fue identificada y denunciada por primera vez. Poco después, la policía catalana fue descubriendo que no trabajaba sola sino que pertenecía a una banda integrada exclusivamente por mujeres rumanas como ella. Los Mossos, sin embargo, tan solo han podido arrestar a dos de estas cateristas. El resto huyó del país tras notar la presión policial.  

En total acumularon un total de 1.273 identificaciones policiales y de 568 denuncias por parte tanto de agentes de los Mossos como de la Guardia Urbana que las han sorprendido en el metro mientras han estado en Barcelona, durante casi un año. La investigación de los Mossos comenzó a principios del mes de abril, cuando se logró establecer la conexión entre todas ellas. Formaban un grupo voraz, que actuaba de lunes a domingo, sin días de fiesta.  

Mujeres mayores y turistas

Las seis carteristas compartían un piso en L'Hospitalet de Llobregat y se desplazaban desde ahí hasta Barcelona en metro. Un espacio que ya no abandonaban. Comenzaban la jornada 'laboral' a primera hora, sobre las nueve de la mañana. Su actividad delictiva se centraba básicamente en las estaciones de Urquinaona, Sagrada Família, Espanya, Sants Estació y Passeig de Gràcia.

Para hurtar bolsos, carteras, cámaras fotográficas y teléfonos móbiles, se dividían y formaban grupos de entre 2 y 4 personas. Después, comenzaban a buscar y a seleccionar a sus víctimas. Preferían a mujeres de edad avanzada y turistas. Las primeras porque son más vulnerables y los segundos porque acostumbran a andar más desorientado y a tener más dinero en efectivo. Tras localizar a su diana, acostumbraban a esperar a que esta saliera del vagón y se dirigiera al exterior. La abordaban, sin que se diera cuentan, en las escaleras de la estación. Se acercaban por detrás y, mientras las cómplices con su cuerpo disimulaban la acción de la carterista, esta abría la cremallera de las bolsas que llevaban a su espalda o colgando del hombro y sustraía objetos de valor. 

Las dos únicas detenidas el pasado 1 de agosto quedaron en libertad tras pasar a disposición judicial. Una vez en la calle, una patrulla de Guardia Urbana las detuvo in fraganti cuando asaltaban un nuevo turista para sustraerle sus pertenencias.