EN EL GÒTIC SUR

El Museu de Cera y una comunidad de vecinos alertan de ocupaciones violentas

Denuncian que han sufrido cinco intentos de usurpación en menos una semana

Bloque de Anselm Clavé, 5

Bloque de Anselm Clavé, 5 / periodico

Patricia Castán

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Trepaban por una rejas y saltaban a los balcones. Hasta cinco veces intentaron usurpar dos viviendas vacías que pertenecen al Museu de Cera, hasta que lo consiguieron en una. Desde entonces, hace apenas 10 días, los residentes de la calle de Anselm Clavé, 5 (en el Gòtic sur) viven atemorizados por una ocupación que sospechan que sea una nueva extensión de los narcopisos del Raval. Aseguran que se han producido momentos de "violencia e intimidación a los vecinos por parte de los delincuentes".

La dirección del museo junto con la comunidad de vecinos han difundido hoy martes un comunicado alertando de la conflictividad que vive la finca en las dos últimas semanas. Los vecinos exigen que "se actúe con la mayor rapidez y contundencia posible para garantizar la seguridad y la convivencia en el barrio". Mientras, viven con miedo de abrir la puerta de la entrada principal porque los ocupantes que se han hecho con uno de los pisos de la planta principal no tienen llave de dicho acceso y aprovechan la entrada de vecinos para colarse a empujones, relatan. 

El número 5 de Anselm Clavé cuenta con 13 viviendas de las que dos son propiedad del Museu de Cera y están dedicadas a almacenaje. Los 'ocupas' se enteraron de que nadie residía en ellas e iniciaron diversas ofensivas para usurparlas la segunda semana de mayo. La altura del edificio lo hace bastante sencillo desde una reja de un local del mismo equipamiento. Los testigos que alertaron de la situación han podido impedirlo en cuatro ocasiones, pero cuando el 11 de mayo repararon en que se había hecho efectiva una usurpación, ya era tarde para el desalojo rápido.

"Vinieron los mossos pero ya tenían colchones y fogones y no se les pudo desalojar", relata Clara Torras, presidenta del bloque. En el otro principal, tras los intentos fallidos, la propiedad ha optado por reforzar la puerta de acceso y tener permanentemente a alguien en su interior.

Pesadilla vecinal

Pero la vivienda ocupada se ha convertido, dicen, en una pesadilla para la comunidad. Según los residentes, los nuevos moradores serían "drogadictos", que generan un vaivén de visitantes a la vivienda y muchas molestias. "Hay discusiones y muchos gritos", relata Torras a este diario. En el comunicado denuncian que los ataques a la finca han sido "organizados" y han hecho peligrar la "seguridad" de los vecinos, que se siente "en situación de indefensión y vulnerabilidad".

Los firmantes dicen sentir "angustia" en su propia finca y se quejan de la "degradación de los espacios del centro de la ciudad y la propagación de pisos ocupados por las mafias del narcotráfico", un problema que en los últimos meses se ha enquistado en el Raval. El ayuntamiento no se ha pronunciado sobre este tema, ya que consideran que es una ocupación denunciada a los mossos.

Las acciones conjuntas de Mossos y Guardia Urbana en el Raval se han intensificado, pero con escasos resultados según los vecinos, que siguen movilizados.