Unión del tranvía

Escepticismo de los vecinos ante el tramo Glòries-Verdaguer

Un tranvía de Barcelona.

Un tranvía de Barcelona. / EL PERIÓDICO

Claudia Pizcueta

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El ambicioso proyecto que prometió Ada Colau al llegar a la alcaldía de Barcelona de unir el Trambaix y el Trambesòs no parece inmediato, y es que pocos grupos municipales son los que se muestran a favor, por el momento, de esta iniciativa. Ante la negativa mayoritaria y a pocos días del pleno en el que se decidirá sobre el futuro o no futuro del tranvía barcelonés, el gobierno de Colau anunció el pasado lunes que llevará a votación una alternativa: impulsar un primer tramo desde Glòries hasta Verdaguer. Una opción que pretende cuajar un frágil acuerdo político que llegue a sumar 21 votos a favor el próximo 23 de marzo.

Entre los tira y afloja en el ayuntamiento, los vecinos y comerciantes de la zona que vería surgir un primer intento de la unión del tranvía barcelonés no ven clara la medida.

“A mí me parece bien, evidentemente traería más movimiento de gente al barrio”, dice el propietario de una cafetería en la confluencia de la calle Sardenya con la avenida Diagonal. En este recorrido de casi dos kilómetros no hay muchos negocios pero asegura que para ellos “es una buena medida” que llegue el tranvía a la zona.  

Son cuatro los kilómetros que separan el hipotético inicio de este primer tramo de Francesc Macià, la última parada del Trambaix. Por ahora, el único transporte público que conecta los dos puntos es el autobús y lo hace en poco más de media hora.

De levantarse el tramo de Glòries hasta Verdaguer, como propone Barcelona en Comú, el recorrido se cubriría en tan solo siete minutos. “Yo siempre he estado en contra del tranvía, pero no puedo negar que iría muy bien y que mejoraría mucho la comunicación con el resto de la ciudad”, opina un vecino.

“Me parece absurdo que se empiece por los pies y se vaya uniendo por los extremos”, asegura otro comerciante añadiendo que la medida beneficiaría a su negocio y a la movilidad.

Sin embargo, algunos vecinos lo ven como un “estorbo”. “Por tres paradas que quiere hacer (Ada Colau) acabará fastidiando con las obras, se reducirán las plazas de aparcamiento e incordiará la circulación”, asegura una mujer que trabaja en la zona. “Creo que congestionará más la ciudad”, comenta un vecino. Este último cuestiona, además, la necesidad del tranvía y dice que no tiene “la impresión de que mucha gente lo use”.

Es cierto que hay una diferencia notable entre el número de usuarios del Trambaix y el Trambesòs. Según datos del 2016, son casi ocho millones más los trayectos que registran las líneas que salen de la plaza de Francesc Macià que los que valida la T4 (Ciutadella/Vila Olímpica), la T5 o la T6, que salen de la plaza de Les Glòries.

“El plan era unirlo con Francesc Macià así que este tramo que pretenden hacer hasta Verdaguer no me parece bien. Pongo la mano en el fuego de que se trata de una cuestión de dinero”, dice una farmacéutica.

Por norma general, entienden que el dinero es el motivo principal por el que el gobierno de Colau pretende impulsar solamente este tramo. “Supongo que debe salir más barato empezar a construir por esta zona que unirlo directamente con la otra línea”, asegura el propietario de la cafetería de la calle Sardenya. 

El debate no llega a consenso, por ahora, ni en la calle ni en el ring municipal. PDeCAT, PP y Ciutadans dan la espalda al proyecto y ERC reitera su negativa mientras continua exigiendo un convenio sobre la gestión económica. ¿A favor? Barcelona en Comú y PSC. La CUP y el concejal no adscrito Gerard Ardany revelarán su posición el próximo 23 de marzo.