La plaza de la Palmera vuelve a hacer honor a su nombre

En diciembre, de un día para el otro, los vecinos de la Verneda se encontraron con que la majestuosa palmera que se erguía en el centro de la plaza a la que daba nombre, allí desde mucho antes de que existiera la propia plaza, había sido talada. Solo quedó de ella la base junto al rótulo municipal que recuerda que se trataba de un árbol de interés local. Algunos tuvieron el 'privilegio' de presenciar cómo "la hacían trocitos extendida sobre el suelo para llevársela en un camión", como contaba un vecino del lugar entonces, que incluso bajó con sus nietos para ser testigo de la polémica operación que inmortalizón con su teléfono móvil.

Seis meses después del episodio, y cumpliendo con lo prometido en su día, desde el pasado martes la plaza vuelve a hacer honor a su nombre. Con la llegada del calor -momento pertinente para tan delicado cometido-, el ayuntamiento ha plantado una nueva palmera en el céntrico -para los vecinos de la Verneda- parque, tras una tan grande como desconocida escultura de Richard Serra, premio Príncipe de Asturias, a quien la gran mayoría de barceloneses probablemente conoce más por su 'Materia del tiempo' en el Guggenheim de Bilbao que por su creación al aire libre en la capital catalana.

Cosas de estar en la periferia de la Barcelona de postal. "Sí, llegan algunos turistas y le toman fotos, ¿eh?", destaca otro vecino que nunca le ha acabado de encontrar la gracia a la enorme escultura, llamada 'El muro' y formada por dos bloques de hormigón blanco de 53 metros de largo cada uno y tres de alto. "Dicen, eso sí, que para entenderla bien hay que verla desde el aire. Así lo explicó el alcalde Maragall cuando vino a inaugurarla en el año 1984, antes de las Olimpiadas", prosigue haciendo alarde de una memoria prodigiosa. 

ESPECIE RESISTENTE

El ejemplar plantado esta semana es joven, de unos dos metros, mucho más pequeño que la canaria talada en diciembre. La palmera 2.0 es de la especie Butia capitata, más conocida como palmera de Brasil, en principio resistente al picudo rojo, el gran mal de su especie.

El regreso de la palmera a su plaza sabe a victoria para los vecinos del lugar, muy dolidos con la pérdida de la última palmera que quedaba en la plaza y, no pocos, desconfiados de que sucediera. "Habían habido tres. Talaron dos y la lucha vecinal consiguió salvar la que quedaba. Fue una pena que enfermara, pero celebramos volver a tener palmera", señala otro vecino. "Esta no tiene nada que ver con ella, pero supongo que ya crecerá. Cómo mínimo volvemos a tener palmera", concluye.    

OTROS 117 EJEMPLARES

Además de esta, entre junio y julio se plantarán en Barcelona 117 palmeras en 30 ubicaciones distintas de la ciudad. Donde se colocarán más es en el paseo marítimo del Port Olímpic -que ganará 21- y en el paseo de Valldaura, donde se plantarán otras 28 unidades. De hecho, fuentes municipales aseguran que la novedad más importante de la campaña de plantación de este año es la recuperación de palmeras después de estar años sin hacerlo a causa de la plaga del picudo rojo.

"Se plantarán en aquellas ubicaciones donde es emblemática e histórica su presencia, con nuevas especies no sensibles al picudo rojo", asegura esa misma fuente. Esas especies son la palmera de Cunningham o la Livistona de China, y algunas de las ubicaciones emblemáticas en las que se plantarán son el parque de la Ciutadella y el paseo de Lluís Companys.