LA OTRA PROMOCIÓN ECONÓMICA
Can Batlló pone en marcha el mayor espacio de economía cooperativa de BCN
El punto de partida lo pone sobre la mesa Hernán Córdoba, coordinador del ateneo. "No podíamos salir de la recesión económica con la misma receta con la que entramos", sentencia. El alcalde accidental, Gerardo Pisarello, y la 'consellera' de Treball, Dolors Bassa, no solo asienten, sino que aseguran, verbalizándolo, compartir la sentencia. Pisarello se anima -el entorno, invita- incluso a parafrasear al cooperativista y militante de la CNT nacido en Hostafrancs Joan Peiró con un "tenemos la obligación de construir un mundo propio en las entrañas del mundo capitalista". El "mundo propio" al que se refiere el edil es uno basado en la economía social y solidaria y del que este miércoles se ha puesto un grano de arena con la inaguración en Can Batlló de la sede del Ateneu Cooperatiu de Barcelona, Coòopolis.
Lo revolucionario del acto de este miércoles -más allá de los discursos- es que se trata del primer gran equipamiento -cuando esté terminada la obra serán 4.300 metros cuadrados- de promoción económica de la ciudad autogestionado, y que cuenta con el apoyo explícito -y económico- tanto del ayuntamiento como de la Generalitat. La materialización física de una iniciativa que tiene su origen en el proyecto Barri cooperatiu impulsado por La Ciutat Invisible en el 2008, y que empezó a funcionar como tal a finales del año pasado.
PROYECTOS Y ACCIONES FORMATIVAS
En estos meses se han puesto en contacto con ellos 45 proyectos interesados en los servicios de asesoramiento y más de 350 personas han participado en las acciones formativas que han organizado. Proyectos que van de La Raposa, un bar vegano y librería feminista -que abrirá este jueves en la calle de Tapioles-, hasta la Xarxa Oberta de Beacons Barcelona; cooperativa constituida alrededor de un proyecto de sensores de código libre para personas con diversidad funcional.
El Ateneu, que estará abierto al público en Can Batlló partir del próximo lunes, nace para ayudar a la constitución de cooperativas, facilitando a los emprendedores sociales herramientas y recursos para la consolidación y crecimiento se sus proyectos, diseñando itinerarios para la transformación de asociaciones y empresas a cooperativas.
COLABORACIÓN INSITUCIONAL
Según se han encargado de subrayar tanto Pisarello como Bassa, la economía social no es solo "el camino", sino que es una realidad. En Barcelona existen más de 4.700 iniciativas de economía social, que suponen entre el 7% y el 8% de la ocupación en la ciudad, según los datos planteados por el edil. "Solo el año pasado en Catalunya se crearon 177 nuevas cooperativas. La economía social cada vez va a más", ha añadido Bassa, asegurando que el ateneo presentado este miércoles se convertirá en punta de lanza.
Coòpolis forma parte de la Xarxa d'Ateneus Cooperatius impulsados por el programa Araccop, de la Conselleria de Treball; y uno de sus impulsos principales se los dio el Comisionado de Economía Cooperativa, Social y Solidaria, una de las apuestas de Colau tras su llegada al poder, que revolucionó Barcelona Activa. De hecho, el vivero de cooperativas presentado este miércoles convivirá con el que el propio ayuntamiento creó en la empresa municipal de promoción, desde el que se ha asesorado a proyectos como el gimnasio Sant Pau o la cooperativa de manteros.
- La madre de Moisés habla alto y claro sobre la victoria de Óscar en 'Pasapalabra
- Las jugadoras del Barça se tuvieron que poner ellas mismas las medallas de campeonas
- Manolo García: “De estas elecciones me ha gustado que, de cada dos catalanes, uno no ha ido a votar”
- El día que Elena Schröeder, la turista asesinada en Afganistán, salvó la vida a un hombre en la estación de Sants
- La palabra catalana de tres letras para despedirse que debería usarse en toda España
- Junts pide suspender los resultados del 12M y repetir el voto exterior por 'graves irregularidades
- Estado Islámico reivindica el atentado en Afganistán en el que murieron tres turistas catalanes
- Una madre y una hija farmacéuticas y un directivo de una empresa química, las víctimas catalanas del ataque terrorista en Afganistán