El zoco en riesgo de indigestión

Con 225 negocios y 20.000 productos, la Boqueria ejerce de mercado, museo y restaurante

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PATRICIA CASTÁN / BARCELONA

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En los corrillos del mercado más internacional de Barcelona aún no se ponen de acuerdo sobre si primero fue el huevo o la gallina. Si la invasión turística desbarató la oferta tradicional de la Boqueria expulsando al comprador de siempre a base de miles de vasos con fruta cortada, papelinas de jamón, zumos y pinchos de carne y croquetas... o si los vendedores más avispados dieron el giro a la degustación a pie de parada para salvar una caída de ventas que ha ahogado a muchos comerciantes tradicionales, cuando esa guerra ya estaba perdida a causa de los súpers.

Sea como fuere, nadie duda que en el gran mercado de los mercados barceloneses, con 225 negocios y unos 20.000 productos, sobra oferta de puestos, que no de sabores. Por eso, en estos últimos años ya se han ido recortando tiendas, y a veces el giro al producto turístico ha sido forzoso para dar salida, por ejemplo, a un exceso de fruterías. Pero es una evolución que puede ser indigesta para el gran zoco alimentario de la ciudad, que debe su variedad de productos a que muchos restaurantes locales se abastecen allí. 

¿Qué piden los comerciantes? En la consulta previa realizada entre los comerciantes el pasado octubre, las demandas más citadas fueron controlar los grupos de visitantes, ampliar pasillos, estudiar el mix comercial para reducir la oferta y fomentar la especialización, mantener el equilibrio de fresco y elaborado, renovar el pavimento, mejorar la limpieza, tener un marco normativo propio...

Salvador Capdevila, su presidente, es cauto con el nuevo plan del ayuntamiento hasta que la junta extraordinaria del próximo martes para comentarlo. De momento, avanza que en general está "bastante de acuerdo" con las propuestas para que el histórico equipamiento no avance como parque temático donde pocos hacen la compra y muchos miran, hacen fotos y engullen de pie. 

MEJORA SANITARIA

La iniciativa más llamativa, envolver y precintar los productos de consumo directo, es vista con buenos ojos también "por motivos sanitarios", dice Capdevila. No obstante, el portavoz municipal de CiU, Joaquim Forn, cree que ese 'take away' para llevar a la calle puede generar "más problemas en el entorno".

En cualquier caso, Capdevila defiende potenciar la comida para llevar, el "futuro" del mercado, aunque no en formato turístico ni de ingesta momentánea, sino enfocada al comprador local que cada vez dispone de menos tiempo para cocinar. Es decir, platos preparados y elaborados para devorar en casa. Una tendencia que se extiende por los mercados. "Hay que adaptarse al cambio sociológico", dice el tendero.  

Y si el segundo teniente de alcalde, Jaume Collboni, defiende actuaciones decididas para que los barceloneses sigan pudiendo ir a comprar a la Boqueria, el presidente del recinto mantiene que "el 80% de la gente del mercado tiene vocación tradicional" y prefiere vender que convertir el negocio en una barra de bar.