Los okupas dejan las manifestaciones pero no renuncian a volver al 'banco expropiado'

Los okupas del denominado '<strong>banco expropiado</strong>' no convocarán "de momento" ninguna otra manifestación en Gràcia a pesar de que sea "imprescindible para volver a entrar en el local" del que fueron desalojados el pasado 23 de mayo. A través de un comunicado hecho público este martes, este colectivo manifiesta su intención de evitar que estas dos semanas de conflicto social en el barrio se conviertan en una "cortina de humo de los problemas reales" del barrio.

La decisión de los okupas llega después de que, tras dos semanas de manifestaciones y altercados, vecinos y comerciantes hayan expresado su hartazgo por las molestias en la vida cotidiana, los daños en el mobiliario urbano y las pérdidas comerciales en la zona afectada.  

Los okupas acusan a la prensa, la policía y las instituciones políticas de hablar "de todo menos del problema social de fondo". "No existe nada que se pueda llamar 'el vecindario' o 'los comercios' que puedan tener un posicionamiento unívoco; ni todo el mundo que vive en Gràcia está en contra del 'banco expropiado' ni, evidentemente, tampoco a favor", sostiene el colectivo, que en ningún momento entona 'mea culpa' alguno.

ACTIVIDADES ANTE EL LOCAL

La nota asegura que tras las voces críticas hay "intereses partidistas y electoralistas". "Sabemos que militantes de partidos políticos están aprovechando el contexto actual para atacar a sus rivales electorales bajo el anonimato que les da su figura de 'tendero damnificado' o 'vecino harto'". 

Los okupas informan de que mantendrán las actividades en la puerta del local del que fueron desaojados en Travessera de Gràcia, frente al mercado de la Abaceria, y que se reunirán con entidades del barrio "para establecer una estrategia más amplia contra la gentrificación [expulsión económica de las clases populares por el alza de los precios inmobiliarios y el incremento de negocios turísticos], la especulación y la masificación turística". Todo esto no quita, apuntan, que sigan intentando volver a entrar en el edificio.

Entre tanto, la propiedad del local se ha encargado este martes por la mañana de reforzar el blindaje del local para impoedir nuevas okupaciones como la que lograron el sábado cinco jóvenes. Varios operarios han colocado placas de metal sobre el refuerzo que ya se instaló en su momento, tras el desalojo del lunes 23 de mayo, pero que que fue a todas luces insuficiente. La cobertura se ha realizado bajo la atenta mirada de agentes de la brigada móvil de la policía catalana.