El Ayuntamiento de BCN recibe a los manteros y oye sus quejas

Los manteros, unos 70 aproximadamente, celebraron ayer una rueda de prensa en mitad de la Rambla, marcharon en manifestación hasta la plaza de Sant Jaume --"yo también soy un refugiado", corearon muy oportunamente- y, para su sorpresa, obtuvieron al final una inesperada victoria. Media docena de ellos fueron recibidos durante casi una hora por la segunda teniente de alcalde, Laia Ortiz, en el Ayuntamiento de Barcelona.

Para los manteros fue una jornada reivindicativa perfecta. A ello contribuyó, y mucho, la elección de Mame Mor como portavoz de su causa, un senegalés que en nueve años de estancia en Barcelona ha aprendido un catalán perfectamente entonado. No solo eso. Sabe hablar en público. Así que camino de la plaza de Sant Jaume le buscaban todas las teles. Anduvo un buen rato con el micrófono de Ana Rosa Quintana a un palmo de la boca para denunciar, con su sólida pegada mediática, que dentro del cuerpo de la Guardia Urbana hay un grupo de agentes que premeditadamente buscan el enfrentamiento con los manteros. Así se lo contaron después a Ortiz, que prometió indagar qué hay de verdad en ello. La teniente de alcalde, sin embargo, tuvo que recurrir al funambulismo político para no avivar el fuego de esta polémica. Expuso a los manteros que, a la espera de que el ayuntamiento logre poner sobre la mesa una solución social, deben comprender que su presencia en la calle en zonas congestionadas puede causar molestias.

¿Quiso decir, pues, que habrá zonas en las que el 'top manta' será tolerado? No, tampoco, subrayó de inmediato. "La Guardia Urbana no puede dejar de intervenir". A lo que sobre todo se agarró Ortiz para salir indemne fue a que es un error, o una mala intención, presentar a los manteros como un grupo de delincuentes y pretender que su presencia en la calle es lo peor que le sucede a esta ciudad. "No son criminales, por favor", dijo.

Perdón

En la rueda de prensa, los manteros aprovecharon para pedir perdón por el lanzamiento de piedras en el metro de plaza de Catalunya de la semana pasada, que causó heridas a cuatro agentes y a un mujer, e insistieron en que aquello fue solo una errónea respuesta a la provocación previa por parte de los agentes. La manifestación por la Rambla fue seguida a distancia por agentes de la Guardia Urbana en un clima de absoluta distensión.