PROYECTO SOCIOLÓGICO EN IMÁGENES

Diversidad bajo el puente

'Diálogos sin fronteras' llena de fotos de vecinos de Sant Adrià las patas de un tramo de la C-31 a su paso por la ciudad Se cuentan relaciones entre personas de distinta procedencia

Proximidad 8 Unos vecinos reconocen en una de las fotos a la que fue una de sus profesoras, el domingo.

Proximidad 8 Unos vecinos reconocen en una de las fotos a la que fue una de sus profesoras, el domingo.

MÒNICA TUDELA / SANT ADRIÀ DE BESÒS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Consol Aroca tiene 82 años, vive en Sant Adrià de Besòs y hace dos décadas que trabaja en todo tipo de proyectos sociales en su municipio. Imparte clases de alfabetización y de lectura fácil y forma parte de un grupo para promover los signos de identidad de su localidad. «Soy voluntaria de todo», se define esta mujer que llegó a Sant Adrià tras vivir en el barrio barcelonés de Sant Gervasi. En una de las clases conoció a Amel, una mujer marroquí que hace 10 años que llegó a España y que enseguida «mostró interés por saber el idioma», cuenta Consol. «Amel es simpática y amable y tenemos una amistad muy particular que se forjó tras conocernos en las clases», añade.

La historia de la relación entre estas dos mujeres es una de las cuatro que forman 'Diálogos sin fronteras'un proyecto fotográfico y etnográfico que se inauguró el fin de semana en las patas de la autopista C-31 a su paso por Sant Adrià, cerca del tramo donde los martes se celebra el concurridísimo mercadillo de la localidad. El proyecto es un encargo del Museu d'Història de la Immigració de Catalunya, ubicado en Sant Adrià y que cumple 10 años. Se han forrado con más de 200 fotos y textos un total de 24 pilares y 20 frisos.

Parejas diversas

Esta instalación fotográfica al aire libre, firmada por Joan Tomàs, nace con varios objetivos. «En primer lugar, queríamos contar las historias de parejas diversas en Sant Adrià, de gente de procedencia distinta dentro de la ciudad pero que ha entablado una relación enriquecedora porque todas las personas y las culturas son permeables», comenta Martín Habiague, del colectivo Mescladís, organizador de la muestra. Y en segundo lugar, la instalación es una forma de arreglar ese espacio público de Sant Adrià. «Con las fotos tratamos de poner humanidad en ese lugar, es una forma de curar una herida en el tejido urbano de la ciudad», añade Habiague.

Una experiencia similar se llevó a cabo hace un año en Montcada i Reixac, donde por primera vez las patas de una infraestructura viaria se usaron con fines artísticos. «La misma lógica que usamos en Montcada la hemos llevado a Sant Adrià, pero como este espacio es diferente también me he visto obligado a contar las historias de cada pareja de forma distinta. Cada una está explicada como si fuera una revista, en varios paneles, junto a textos», explica Tomàs.

Las otras tres historias de parejas que se cuentan en las fotos son las de Óscar y Tami (ciudadano ruso), dos luchadores, entrenadores en el club de lucha de La Mina; la de Carla (brasileña) y Salvador (del Besòs), pertenecientes a un taller de cerámica en Sant Adrià donde conviven distintas nacionalidades; y la de Paco Moreno y María José Bravo, un gitano y una paya que llevan 27 años juntos, viven en La Mina y tienen dos hijos en común.

Paco y María José se conocieron cuando ella era administrativa en una autoescuela y él se estaba sacando el carnet. Él le dijo a ella que si aprobaba, la invitaba a salir. «Aprobó -recuerda María José-, y vino a recordarme que teníamos que salir. Y así empezó todo». «Ahora con nuestras fotografías expuestas al aire libre la gente nos va a conocer más y da un poquito de vergüenza, pero el proyecto vale la pena», dice.

Las imágenes de estas cuatro historias de la diversidad en Sant Adrià de Besòs convivirán además con 190 retratos de vecinos del municipio posando dentro de una caja de cartón en un proyecto llamado 'Encajados' que también lleva a cabo el fotógrafo Joan Tomás.