Diez años de la cita de las culturas (3)

El Front Marítim se revaloriza por el peso de los 'vecinos' extranjeros

Una familia pasea por el barrio, con las torres que integran el complejo de la Illa del Mar, al fondo, ayer.

Una familia pasea por el barrio, con las torres que integran el complejo de la Illa del Mar, al fondo, ayer.

PATRICIA CASTÁN / CARLES COLS
BARCELONA

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Si alguien pronosticó que la crisis generaría un cementerio de pisos nuevos, caros y vacíos en el mutante barrio de Diagonal Mar i el Front Marítim del Poblenou, se equivocó de pleno. La zona dibuja un singular hábitat aparte en la estadística de Barcelona: tiene baja densidad, le falta cuajar como nuevo barrio marítimo y precisa equipamientos y nuevas intervenciones urbanísticas, pero parte del legado del Fòrum 2004 lo ha convertido en activo eje de convenciones y negocios, con hoteles ultramodernos de alta ocupación y el complejo de 10 rascacielos residenciales más rutilante de Barcelona. Las dos torres de la  Illa del Mar, las últimas que se levantaron y que hace un par de años mantenían unas 70 viviendas a la venta, han rematado su comercialización, con el 84% de compradores extranjeros dispuestos a pagar la media de 6.400 euros  por metro cuadrado de esta fase final. Y mientras el ayuntamiento da vueltas al proyecto del gran paseo marítimo pendiente, los precios subieron ligeramente en el 2013.

Como sucedió con la Vila Olímpica tras el 92, cuando muchos barceloneses la contemplaron como un enclave demasiado alejado del centro y sin alma, el barrio que ha seguido la expansión de Barcelona hacia el mar tiene que superar barreras psicológicas. Algunos especialistas inmobiliarios consultados destacan que la reacción del cliente local fue de la fascinación por una zona en mutación (los primeros compradores), a los recelos por su proximidad con La Mina. Pero ni el latigazo de la crisis, en pleno desarrollo de la zona, ha dinamitado su expansión residencial. Algo solo posible gracias a la lluvia de divisas foráneas.

Eduard Andreu, director comercial de Idealista.com, constata un incremento del 3,4% en los precios de viviendas del barrio durante el 2013 (casi 4.400 euros el metro), mientras otros seguían cayendo. Y advierte de que, ante la falta de suelo en la capital catalana, los indicios de recuperación económica vuelven a poner a este territorio joven y con oferta en el punto de mira de los clientes locales. Lo corrobora Salud Cornejo, de la inmobiliaria del mismo nombre y especialista en el área, tras constatar un repunte de compradores (de 35 a 45 años) que buscan proximidad al mar y opciones de segunda mano de unos 350.000 euros.

CON FUTURO / Ni el feo panorama que contemplan en primera línea de mar, donde el ayuntamiento aún no ha cumplido su intención de impulsar un nuevo paseo que conecte dignamente la Mar Bella con el Fòrum -aseguran que trabajan en ello-, ha frenado el interés. «Sabemos que se están proyectando cosas y que es una zona con futuro», señalan fuentes del Hotel AC, entre otros.

Lo mismo deben prever quienes pagan 1,65 millones por un piso de cuatro habitaciones en el rascacielos Illa del Mar. Los áticos se han vendido a más de 10.000 euros el metro cuadrado, explican en Finques Amat, responsables de la comercialización en los últimos años. «La mayoría de compradores son rusos, pero también del norte de África», detallan. Y aunque es sabido que parte del furor inversor apunta a los lucrativos pisos turísticos (allí, enfocados al lujo), también aseguran que cada vez son más los que compran como «segunda residencia», para pasar temporadas en Barcelona. Islas vecinas, como la de la Llum, no decaen en la venta (ya de segunda mano), a 6.700 euros el metro cuadrado en las últimas operaciones. Cada una de estas comunidades de 225 a 350 viviendas (con su propio gimnasio, piscina, centro social, jardines...) se compone de dos torres donde lo más cotizado son las terrazas y las vistas. Amat también lleva la venta de promociones algo más modestas, pero que se están vendiendo a buen ritmo «sobre plano», como las Torres de la Mar Bella, en construcción.

Vecinos de la zona y operadores de la zona afirman que la cuenta pendiente es acabar con el penoso aparcamiento de la fachada litoral y mejorar el mantenimiento del parque de Diagonal Mar, jardines y zonas públicas. «Yo pago 1.800 euros de IBI pero veo que aquí hay poca inversión», se queja un residente.