MOVILIZACIÓN VECINAL EN EL ÁREA METROPOLITANA

La cementera, a juicio

Los vecinos de Montcada se alían con los de Nou Barris para sumar fuerzas y recursos en su campaña contra la incineradora

Sobre la ciudad 8Uno de los activistas de la plataforma antiincineración, el miércoles, frente a la fábrica.

Sobre la ciudad 8Uno de los activistas de la plataforma antiincineración, el miércoles, frente a la fábrica.

H. L.
MONTCADA I REIXACH

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Los vecinos de Can Sant Joan, barrio trabajador de Montcada i Reixach, limítrofe con el barcelonés barrio de Vallbona -siguiendo el reivindicado camino junto al Rec Comtal- tienen un objetivo claro: sacar de Montcada su lucha contra la cementera y recabar apoyos en todos los municipios que la rodean. «Tenemos varios estudios universitarios que defienden que en un radio de entre cuatro y cinco kilómetros alrededor de una cementera la contaminación por la incineración provoca un riesgo más elevado de cáncer. El problema no es solo nuestro. Por eso estamos en contacto con gente de Santa Coloma, de Nou Barris...», explica Manolo Gómez, miembro de la asociación de vecinos de Can Sant Joan y uno de los impulsores de la plataforma antiincineración.

Además de sensibilizar a los vecinos, tienen un segundo objetivo: reunir los más de 10.000 euros que necesitan para seguir con el proceso judicial contra la fábrica en el Tribunal Supremo, donde tanto la empresa como la Generalitat han recurrido la sentencia del TSJC que fallaba a favor de los tenaces vecinos anulando la autorización dada por la Generalitat a la cementera para incinerar «por falta de la publicación previa de la declaración de impacto ambiental».

«Vamos a ir a Madrid a defender el cierre de la fábrica desde la solidaridad y el apoyo mutuo», defiende Antonio Alcántara, vecino de la cementera y trabajador del Ateneu Popular de Nou Barris, donde el 15 de marzo celebrarán un macrofestival para recaudar fondos para poder afrontar la expedición judicial.

A los vecinos de Can Sant Joan la lucha contra la cementera no les viene de nuevo. Lafarge -antes Asland-lleva casi un siglo en el damnificado lugar, descosido por todas las líneas ferroviarias posibles. «Durante el franquismo hicimos unas movilizaciones históricas en las que cortamos la entrada norte a Barcelona para protestar contra el humo de la fábrica. Gracias a ellas se logró que se hiciera el primer control atmosférico y se pusieron unos nuevos filtros. También logramos cerrar una incineradora que había en La Ferreria gracias a la movilización popular», relata Gómez.

La actual batalla, eso sí, es relativametne nueva, desde que, en época del tripartito, se aprobó que las cementeras pudieran incinerar. «Logramos cerrar una incineradora y nos colaron otra», lamentan los activistas. Antes de que la cementera empezara a incinerar, reunieron más de 6.000 firmas que entregaron, sin éxito, a la Generalitat y al ayuntamiento. Empezaron entonces la actual batalla judicial.

Además del festival en el Ateneu de Nou Barris, la plataforma ha abierto una cuenta para que los vecinos hagan donaciones -han recaudado ya más de 3.000 euros solo con el boca a oreja- y, gracias a la sangre joven que ha entrado en la asociación, han iniciado una campaña de apoyos en las redes sociales con la etiqueta #judicialacimentera -que usan para colgar fotos de la fábrica- y están trabajando en iniciar un crowdfunding. Tienen además cerradas 10 charlas en todos los municipios afectados, y una ponencia con dos médicos que alertan de los riesgos para la salud que provocan las incineradoras, el 20 de marzo en el casal de barrio de la Prosperitat.