CITA LÚDICA EN FABRA I COATS

Barcelona mueve ficha

El festival Dau de juegos de mesa prepara su segunda edición con la meta de consolidar a la ciudad entre las grandes capitales de una afición que es mucho más que un divertimento

Jugadores 8Oriol Comas, comisario del Dau BCN, y Pau Vidal, conocido 'creuamotaire' catalán, ayer.

Jugadores 8Oriol Comas, comisario del Dau BCN, y Pau Vidal, conocido 'creuamotaire' catalán, ayer.

Carles Cols

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El crucigrama, invención de Arthur Wynne, al que la Wikipedia le dedica solo cinco párrafos y adiós muy buenas, cumplirá el próximo 21 de diciembre 100 años. Todo homenaje será poco. De momento tiene asegurado el que le rendirá la segunda edición de Dau Barcelona, el festival de juegos de mesa que los próximos 14 y 15 de diciembre se celebrará en la Fabra i Coats, Sant Andreu.

Vale la pena hacer un breve inciso. Wynne, inglés afincado en Nueva York, bautizó su rompecabezas de letras como 'word cross', pero al cabo de unos días, con los lectores ya entusiasmados con el nuevo pasatiempos, un error tipográfico intercambió las palabras. Habían nacido definitivamente los 'cross words', los crucigramas.

Eso es la anécdota. Lo sustancioso ahora no es el centenario. Lo interesante es el propósito de Barcelona de situarse en el mapa europeo de los festivales de juegos de mesa, al parecer un negocio en alza en tiempos de crisis, y que no debería tomarse a broma. Nuremberg, Essen y Cannes no lo hacen. Son tres casillas importantes del tablero europeo del juego de mesa, «una invención humana tan anciana como la escritura, es decir, de más de 4.000 años de edad», apostilla Oriol Comas, comisario del festival y profeta mayor de esta afición que, valga la redundancia, da más juego del que aparenta. El año pasado, por ejemplo, científicos de tres universidades realizaron un estudio sobre el comportamiento humano a través de un juego en la primera edición del Dau Barcelona. Este año repetirán (hasta se ha apuntado el CSIC), pues los juegos de mesa, además de ocio, son excelentes laboratorios para entender como la colaboración o el egoísmo predeterminan las reglas de la vida en sociedad.

Pero cuidado, que nadie se asuste. El festival Dau Barcelona se celebrará dentro de nueve días básicamente para pasarlo bien.

¿Que valdrá la pena no perderse? Comas sugiere, por ejemplo, conocer en persona a Friedemann Friese. Es uno de los cinco artistas invitados del certamen, padres todos ellos de grandes éxitos en juegos de mesa. Destaca a Friese por bueno, por ser el autor de 'Alta tensión', un bombazo editorial,  y por su toque excéntrico. «Viste siempre de verde..., pelo incluido. En Dau Barcelona presentará dos juegos nuevos», explica Comas.

Otra opción es acercarse al área reservada para los 'war games'. Raúl Muñoz, comandante jefe de la asociación de aficionados a los juegos de guerra Rubicón, puso ayer la miel en la boca, durante la presentación del festival, con la promesa de que los visitantes se quedarán boquiabiertos con la recreación de la batalla de Stalingrado, tanto o más que el general nazi Friedrich Paulus cuando vio que Adolf Hitler le había metido en un berenjenal del que saldría deshonrado.

En los 2.500 metros cuadrados que ocupará la fiesta lúdica (crece exponencialmente comparada con el 2012) habrá lugar para todas las variantes de juegos de mesa, desde el ajedrez a las últimas tendencias. El propósito final es consolidar el festival. En pos de esa meta se ha agudizado el ingenio. De ahí que en el programa despunte, por singular, una contrarreloj de crucigramas (ay si Wynne levantara la cabeza) y, ¡atención!, un maratón de 24 horas de Scrabble, algo así como un 'Danzad danzad malditos', pero con letras. Esperemos que el final sea más feliz que en el filme.