HISTORIAS ZOOLÓGICAS

Ha nacido un Richard Gere

La nueva cría de orangután del Zoo de Barcelona es un macho, el Jekylll y Hyde de la naturaleza

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¡Cuidado! La tierna criatura que hace una semana parió Locki, la orangutana treintañera del Zoo de Barcelona, no es una hembra, como en un primer momento y equivocadamente pensaron los responsables de la colección de primates (la madre la agarraba con tanto amor que era imposible ver lo que hay que ver en estos casos), sino que es un chiquirriquitín macho, es decir, una excelente oportunidad para contar cuatro tremendas verdades sobre esta especie de gran simio, que aventaja en inteligencia a los gorilas y a los chimpancés como un universitario a un párvulo. Son listos, sí, pero si hubiera un infierno la mayoría de los orangutanes macho irían allí por sus pecados.

La cría aún no tiene nombre. Se decidirá en una votación, como suele hacer el zoo. De momento pasará unos cinco años pegado a su madre. Los orangutanes son así. Crecen, se emancipan y, luego, si te he visto no me acuerdo.

El padre es Karl, que llegó a Barcelona en 1996 como posible pareja de Jawi, hija de Locki, pero que, muy pillo él, no le pareció mal seducir también de paso a la que solo tenía que ser suegra.

Lo de hace una semana fue solo un parto, es cierto, pero desde el punto de vista científico es un notición, porque los orangutanes («las personas tímidas de la selva», según Birute Galdikas, una de las mayores especialistas en la materia) son grandes desconocidos aún. Tanto es así que no fue hasta hace muy pocos años que se concluyó que los que habitan en Borneo y los que lo hacen en Sumatra son especie distintas, de modo que en los zoos europeos hay ahora un notable galimatías. Hay 173 ejemplares de Borneo, 148 de Sumatra y, atención, 26 orangutanes híbridos que en estado natural jamás habrían existido. Es desde ese punto de vista que el parto de Locki es importante, porque desde que se establecieron las diferencias genéticas los zoos intentan volver a poner las cosas en su sitio y desandar el camino equivocado, algo urgente ya que se trata de especies no solo muy amenazadas por la deforestación, sino que además tienen la tasa de reproducción más baja entre los mamíferos.

El tiempo corre en su contra y es una lástima, porque los límites de su inteligencia aún no se conocen. De todas las bestias de un zoo, la única capaz de planificar y ejecutar una fuga es el orangután. Hay casos perfectamente documentados, como el de un ejemplar que fabricó una ganzúa con un clip que escondía bajo la lengua para que sus cuidadores no le descubrieran. Salía de vez en cuando a robar fruta.

El lado oscuro

En resumen, que este fin de semana es posible ya visitar a la nueva cría del Zoo de Barcelona e intuir en su mirada aún infantil ese brillante porvenir, pero tratándose de un macho merece la pena también conocer su lado oscuro.

En libertad, los orangutanes son desconcertantes desde una óptica humana. No viven en grupos cerrados, como los gorilas, así que parecen grandes solitarios, pero no es así. Lo habitual es que un macho sea dueño y señor de una gran porción de bosque donde habitan desperdigadas las hembras. A ese macho dominante se le distingue por sus enormes mofletes, que sirven de altavoz para los días en que le apetece retozar. El grito de 'cariño que he llegado a casa' tiene algo de prehistórico. Dura unos dos minutos y ejerce algo que ha sido bautizado como una suerte de castración auditiva en el resto de los machos, que temerosos no desarrollan esos prominentes mofletes mientras ya haya un jefe. Pero eso no les merma el deseo sexual, así que literalmente se dedican a violar las hembras que pueden. Se calcula que en Borneo, un 90% de las crías son fruto de una relación no consentida. En Sumatra parece que funciona más el galanteo. Algo es algo.

Pero por si eso parece poco, hay más. Galdikas, la Jane Godall de los orangutanes, asegura que uno de ellos intentó beneficiarse a su cocinera. ¡Las humanas les resultan atractivas! Eso lo comprobó en su día, en el rodaje de un excelente documental, la actriz Julia Roberts, cuando Kosasu, un macho descomunal, hizo un amago de llevar a cabo una secuela selvática de 'Pretty Woman' y llegar con ella allí donde Richard Gere se supone que llegó. Es un vídeo impagable.