nuevo paso del proyecto municipal xeix

El Eixample alienta la integración con clases de chino en colegios

Comerciante china en un horno de la calle de Nàpols, en el barrio de Fort Pienc, el pasado febrero.

Comerciante china en un horno de la calle de Nàpols, en el barrio de Fort Pienc, el pasado febrero.

PATRICIA CASTÁN / Barcelona

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En el barrio de Fort Pienc, en el Eixample, a un paso del paseo de Sant Joan late un pequeño Chinatown animado por un centenar de comercios asiáticos y cada vez más residentes chinos que tratan de reinventar sus propias vidas en Barcelona. Un despliegue que corría riesgos de roces culturales, como sucedió ya en la zona de Trafalgar, cuando hace más de una década tomaron el relevo al comercio textil mayorista, y que ahora se ha revertido potenciando la integración por sus aspectos más funcionales: la lengua, el comercio y las costumbres.

El ayuntamiento impulsó hace justo un año el proyecto Xeix, para incorporar a la comunidad china en la vida asociativa del barrio, y ahora ha dado un nuevo paso con la creación de dos cursos de idioma chino, uno en la Escola Fort Pienc y otro en el Institut Fort Pius, para que los catalanes también tengan ocasión de conectar con esta cultura de cara a establecer futuros puentes sociales o económicos.

Las clases de chino de nivel inicial, impartidas por alumnos en prácticas de Traducción e Interpretación de estudios de Asia Oriental de la Universitat Autònoma de Barcelona, serán en formato de una hora y media semanal y gratuitas, en horario extraescolar. En principio se ha previsto crear dos grupos de un máximo de 15 personas para que la atención sea lo más personalizada posible. En la escuela, detallan, el aprendizaje estará dirigido el próximo curso a alumnos de 4º, 5º y 6º, mientras que en el instituto se abrirá a todos los estudiantes. El objetivo es que, posteriormente, en el curso 2014-2015, en los dos centros se impartan un curso de nivel básico y otro de avanzado.

Para el concejal del distrito, Gerard Ardanuy, la iniciativa supone también una oportunidad para conocer un idioma con «cada vez más peso específico en la economía mundial», explicó a este diario.

Tras la experiencia de casi un año de actividades enfocadas a potenciar el encuentro intercultural, el edil tiene claro que «la integración ha de ser de doble dirección», no solo para que los recién llegados conozcan la dinámica habitual de las costumbres y negocios en la ciudad, sino para que los barceloneses entiendan un poco más a sus nuevos vecinos y saquen provecho también de su riqueza cultural.

SUMA COMERCIAL / En octubre pasado el plan Xeix comenzó con el comercio en el punto de mira. Las decenas de tiendas chinas que se abren paso desde Sant Joan hasta la estación del Nord eran la cara más visible de la inmigración en la zona, donde residen un millar de chinos entre sus 32.000 vecinos. Como avanzó EL PERIÓDICO, una mediadora cultural se encargó de soldar la convivencia desde la vertiente económica y la escuela.

Con la creación de una asociación comercial, constituida a finales del 2011, se hizo imperativo contar con la participación de esos nuevos empresarios chinos y darles a conocer la normativa y usos locales. Una docena se alinearon en la entidad rápidamente, y a partir de ese momento se llevaron a cabo ferias de calle e iniciativas comerciales para dar a conocer su oferta y recordar que no está dirigida a sus compatriotas sino a toda la ciudadanía, enfatizaron.

En paralelo, el distrito ha liderado muestras, conferencias, talleres y demás en el centro cívico del barrio para romper tópicos relacionados con esta nacionalidad. Diversas escuelas han contado con proyectos para facilitar el aterrizaje de los niños foráneos, numerosos en algunos centros, mientras el mandarín ganaba estudiantes en el IES Pau Claris, por ejemplo.

No obstante, la nueva apuesta educativa quiere normalizar el aprendizaje del chino desde más escuelas, facilitando las clases, y «positivizarlo» para que la población local lo asuma como una buena oportunidad formativa que con los años se irá ampliando.