La pujanza del sector turístico

20 albergues en un año

Dormitorio común 3Literas, con cortinas de privacidad, en el Urbany.

Dormitorio común 3Literas, con cortinas de privacidad, en el Urbany.

PATRICIA CASTÁN
BARCELONA

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Los mochileros del siglo XXI no solo llevan el equipaje a hombros. También son, habitualmente, ultratecnológicos y van trazando ruta y enlazando alojamientos con ayuda imprescindible de internet. De lo que encuentran dan cuenta a su vez casi inmediatamente. Tal vez por eso, el alojamiento más económico ha dado un paso sustancial hacia la calidad en Barcelona. La cama es tan importante como la limpieza, elwi-fi, los puertos USB y el máximo confort tecnológico..., aunque la esencia de todo albergue juvenil sea el ambiente y su potencia como foro de interacción. La competencia se multiplica por momentos y es necesario que el viajero puntúe alto la experiencia en una ciudad que solo en el último año ha ganado una veintena de establecimientos de este tipo, en los que hasta 20 literas comparten habitación, por precios que en temporada baja parten de los siete euros ¡con desayuno! La oferta total es de 64 locales y 6.313 plazas.

El fenómeno del youth hostelllega con retraso a Barcelona porque el precio del suelo impidió durante una década apostar por alojamientos con menos margen de rentabilidad. Fue la apoteosis de los cinco estrellas. Y ahora llega el turno del colchón económico. Un fenómeno más que consolidado en Europa, donde varias generaciones cruzaron el continente mientras usaban el tren con Interrail y dormían en macroalbergues por poco dinero.

La nueva coyuntura inmobiliaria, junto con el impulso viajero de las aerolíneaslow cost, ha atraído a grandes operadores internacionales en poco tiempo. Así, el Generator de Londres (entre otras metrópolis), donde tan importante era la litera como su bar (epicentro de socialización) ya tiene hermano en el 377 de Còrsega, con más de 600 plazas desde 13 euros en dormitorios para ocho o seis personas. Lo mismo sucede con St Christofer's, que ha echado el ancla en pleno centro (Bergara, 3), con más de 400 plazas, espacios comunes y muchas facilidades para el viajero joven. O no tan joven.

Aunque fuentes del sector destacan que la mayoría de usuarios tienen menos de 30 años, la crisis y nuevos hábitos de vida han impulsado a nuevos perfiles de viajeros solitarios a alojarse de este modo, donde es fácil hacer amigos. No es extraño ver a clientes de edades variadas, incluso familias que piden los cuartos privados, buscando fórmulas asequibles.

MUCHAS OPCIONES / Como opciones económicas, a los albergues se suman hoteles de una estrella (más de una treintena), además de 230 pensiones y hostales, según datos de la Generalitat. En general, como puede comprobarse a través de portales de internet y de los comentarios, buena parte de este parque de alojamientos se ha renovado y ofrece un aspecto moderno y pulcro, aunque queden opciones trasnochadas.

¿Qué distingue al albergue del resto? Esencialmente que están autorizados a utilizar literas (al contrario que el resto de categorías mencionadas) y que cuentan con amplios espacios comunes para relacionarse, destaca Sergi Pagès, vicepresidente de la Associació Catalana d'Albergs Turístics y responsable de Urbany Hostels, una marca catalana del grupo Rosa dels Vents, que hace poco abrió en el 573 de la Gran Via, y ya contaba con otro centro de 400 plazas en la Meridiana. El viajero encuentra desde dormitorios con 20 camas (también mixtas) hasta privados. Los precios en momentos de baja ocupación alcanzan los siete euros, pese a que no faltan un bar resultón, internet, cocina para procurarse cenas caseras y hasta complementos de tocador en los dormitorios femeninos. Sus tarifas cambian a diario, y la semana pasada no faltaron carteles de «lleno». Este tipo de oferta se ha disparado en un año, especialmente en Ciutat Vella, el Eixample y Gràcia, según el Ayuntamiento de Barcelona.

CAMAS ILEGALES / Pese a la eclosión, en la asociación insisten en que elboom no implica un negocio redondo. Más bien al contrario, a la súbita competencia legal se suma la ilegal. El colectivo la cifra a un nivel casi estratosférico: «La rentabilidad ha bajado rápido, sobre todo porque por cada cama legal hay cuatro ilegales en la ciudad», denuncian, englobando a apartamentos,bed&breakfasts domésticos y un sinfín de trucos para alquilar camas por día. Uno de los más extendidos es el de las pensiones que ubican literas para exprimir sus metros cuadrados, sin licencia.

Fuentes de la Direcció General de Turisme insisten en que la nomenclatura no siempre se corresponde con la realidad. Así, hay muchas pensiones y hostales que utilizan el reclamo de youth hostel para que el extranjero acuda, lo que no es ilícito, sino un mero reclamo.