Reinventar Barcelona

Los bañistas tumbados sobre la arena de la playa de la Mar Bella aparecen por arte de magia ante la fachada de la Sagrada Família, dos cebras del zoológico sorprenden a los paseantes en plena rotonda de la plaza de Francesc Macià, desde la estación de Sants se contempla el muelle Oriental, un surfista de la playa de Sant Sebastià se desliza sobre olas que alcanzan la plaza de Catalunya y la torre de Collserola de Norman Foster emerge en un muelle del Port Vell. Estas son algunas de las fotografías de la ingeniosa propuesta del artista y filósofo Lluís Bussé, a quien el Palau Robert dedica a partir de hoy una exposición sobre su obra publicada en el libro homónimoBarcelona's multiverse (Damiani), que solo se ha editado en inglés.

Los trucos, las asombrosas perspectivas y los efectos especiales de cambios de escenarios son habituales en el cine, pero la inspiración de Bussé nace de su devoción por la cosmología y por las teorías del matemático Hugh Everett y del físico Max Tegmark. «Everett defiende que nuestro mundo puede ser uno más de otros posibles universos, y Tegmark refuerza esta idea cuando habla de universos paralelos que comparten nuestras mismas leyes físicas», argumenta Bussé.

Ninguna de las 38 fotografías en blanco y negro que se exhiben en el Palau Robert (paseo de Gràcia, 107. www.gencat.cat/palaurobert) ha sido retocada. «Son imágenes encajadas, colocadas una encima de la otra. Así respetan la equidad de la física», señala el doctor en Filosofía y licenciado en Bellas Artes.

Su Barcelona imaginaria es contradictoriamente real y onírica. «El espectador enseguida se da cuenta de que lo que contempla no es verdad, pero su cerebro se siente atraído por esa mentira, por esas imágenes yuxtapuestas que reinventan la ciudad». Así, se cumple su objetivo. Las fotos dan vida a un universo paralelo, aunque sea subjetivo. «Ello permite un viaje por lugares emblemáticos con una mirada inédita, más libre e imaginativa que rompe la conciencia que se tiene de los puntos de referencia de la ciudad», concreta el artista catalán.

La muestra se distribuye en tres apartados temáticos. El primero reubica algunos de los edificios más carismáticos de Barcelona, como trasladar la torre Agbar de Jean Nouvel al modernista parque Güell de Gaudí. La segunda sala presenta una Barcelona con aires venecianos, son sus calles y plazas rodeadas de canales y góngolas. El agua vuelve a ser la protagonista de la tercera sección dedicada a una ciudad con gran fuerza arquitectónica construida sobre la arena de la playa.

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