TRATAMIENTOS PARA PONERSE A PUNTO

La magia de Bali en el Eixample

En medio del auge de centros de bienestar y belleza abiertos recientemente en Barcelona, el Bali Spirit destaca por su espectacularidad y su autenticidad. Todo llega de Indonesia, desde el producto a las masajistas

Dos estancias del local de Bali Spirit, el pasado viernes.

Dos estancias del local de Bali Spirit, el pasado viernes.

PATRICIA CASTÁN
BARCELONA

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Se puede viajar sin salir del barrio. La demostración se vive (o se siente) en uno de los centros de bienestar más espectaculares que se han abierto en Barcelona en los últimos tiempos, donde a base de ritos, masajes y tratamientos el cliente se transporta a Bali. O como mínimo al limbo. Se llama Bali Spirit, tiene 13 meses de vida, y se ubica en pleno Eixample, aunque a él peregrinan adeptos de toda la ciudad.

Le diferencia con otros espacios similares «la autenticidad», explica su instigadora y propietaria, Raquel Jiménez Garrido, una enamorada de Indonesia que ha importado desde el interiorismo de ensueño del establecimiento hasta las masajistas que amansan las tensiones ajenas y los productos artesanales propios del edén asiático.

El repertorio de opciones para dejarse llevar por la calma y el espíritu zen de la isla es amplio y muy personalizado, aunque uno de los tratamientos estrella es el Beji-Ayu, que comienza con un masaje de aceites en el agua y se completa en camilla. Como también destaca el masaje de 90 minutos para parejas, en el relajante Jardín del Edén, con cava incluido.

Jiménez asegura que el espacio, un«spa-lounge-hair», es mucho más que un centro de masajes, belleza y peluquería. La pretensión es conectar con «la magia de Bali» por distintas vías. Por eso cuentan con un espacio privado donde se organizan «noches de chicas», que incluyen desde masajes exóticos hasta cócteles y espectáculo. También ofrecen cenas privadas para parejas como colofón a una velada romántica que comienza con masaje. Todo con un ambiente tranquilo, elegante, sensual, que lleva a olvidar que uno se encuentra a un paso del caos urbano.

La propietaria agrega que montó esta «experiencia» para lograr un servicio especial, muy sensorial. Para muchos supone un «paréntesis» necesario en el trajín diario. Para otros, un autoregalo.