Ampliación del transporte subterráneo

La Generalitat estudia reducir las 52 paradas de la L-9 para ahorrar

Pozo de la futura estación de Sanllehy de la L-9/L-10, ayer, cerca de la cual se encuentra la tuneladora que excava la línea de metro hacia Lesseps.

Pozo de la futura estación de Sanllehy de la L-9/L-10, ayer, cerca de la cual se encuentra la tuneladora que excava la línea de metro hacia Lesseps.

M. J. IBÁÑEZ / R. COMORERA
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las alusiones a recortar y ahorrar son constantes. Tanto como las urgencias financieras de una obra, la faraónica L-9/L-10 del metro que, según el último plan financiero del fenecido tripartito de izquierdas, cuesta nada menos que 6.537 millones de euros (más de un billón de las antiguas pesetas). Sin embargo, las concreciones son por ahora nulas. El conseller de Territori i Sostenibilitat, Lluís Recoder, lanzó ayer nuevas ideas, como la posibilidad de recortar el número de estaciones porque «la situación económica no está, ahora mismo, para construir las 52 previstas inicialmente». Recoder reconoció ante un auditorio cualificado de empresarios, parlamentarios, altos cargos y técnicos reunido por el Cercle d'Infraestructures, que «si bien todavía no hay nada en firme» si parece decidido que «de entrada, el número de paradas será menor».

El nuevo responsable de las obras públicas de la Generaliatat consideró excesivo, en lo que no pudo ser otra cosa que un lapsus, haber proyectado «una parada cada 500 metros». En realidad, la distancia media entre las 52 estaciones repartidas en los 50 kilómetros que tendrá la línea desde Badalona-Santa Coloma por el norte hasta el aeropuerto y la Zona Franca por el sur, se sitúa en 960 metros. Esta cifra es, además, bastante superior a los 750 que existen ahora, igualmente de media, entre las paradas de las seis líneas de toda la red del suburbano en servicio.

Otra posibilidad de la que habló Recoder fue la de «paralizar o ralentizar» la actividad de alguna de las tres tuneladores que trabajan en el proyecto. Dijo que se está «evaluando» el coste de una decisión de este calibre en unas máquinas muy complejas, aunque, acto seguido, él mismo se respondió asegurando, casi como una advertencia, que «es un coste importante».

«EMPEZAR POR ALGÚN SITIO» / El titular de Territori reconoció el papel estratégico de la L-9/L-10, línea que calificó de «importantísima porque vertebra un territorio muy amplio y une ciudades muy pobladas». Sin embargo, recordó, o más bien cabría decir que lamentó: «Hemos de empezar a recortar por algún sitio».

La próxima semana, quien dirige el departamento que más gasta de largo del Govern, con inversiones que se contabilizan por cientos y miles de millones, comparecerá por primera vez en el Parlament. Fuentes de Territori explicaron ayer que esa será una ocasión para concretar por iniciativa propia, o también podría decirse que a instancias de las interpelaciones de la oposición, alguno de los grandes recortes con los que el bipartito de centro derecha tanto está amagando en su corta existencia de apenas mes y medio.

La L-9/L-10 la proyectó y empezó el último Govern de Jordi Pujol en el 2002 y con el actual presidente Artur Mas, como conseller en cap, y el conseller de Interior, Felip Puig, como responsable de obras públicas. El tripartito que acabó con los 23 años de hegemonía de CiU revisó a fondo un proyecto que siempre consideró muy deficiente y además lo amplió en estaciones y kilómetros. Tras unos años difíciles con retrasos, traumas como el hundimiento del Carmel, y un encarecimiento galopante por las mejoras y el aumento de la seguridad, las obras alcanzaron una velocidad de crucero.

Los tramos de Badalona y Santa Coloma están ya en servicio; el de El Prat y el aeropuerto así como el viaducto de la Zona Franca y el tramo de L'Hospitalet tienen el túnel acabado. Las tres tuneladoras avanzan una en el paseo de la Zona Franca y dos en los extremos del tramo central, Zona Universitària-La Sagrera. Todas las estaciones están en obras.

TRAMO CENTRAL PENDIENTE / El avance rápido de los trabajos coincidió en el 2008 con otro plan financiero. Para evitar el ahogo de la alta inversión en los presupuestos se introdujo una fórmula inédita: la concesión al capital privado de las estaciones. Hasta ahora son 41 las que grupos de constructoras ejecutan por cuenta del Govern, del que cobrarán durante 30 años. Quedan por adjudicar las 11 del tramo central que Territori sigue haciendo por su cuenta. Aquí es donde podría recortar, y aplazar una concesión prevista para este año.