OPERACIÓN DEL CUERPO NACIONAL DE POLICÍA Y LA GUARDIA CIVIL

Cae el jefe del clan Jodorovich por un asesinato en Madrid

ANTONIO BAQUERO
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los pedazos de un cuerpo descuartizado en seis bolsas de basura. Heridas de bala y algunas huellas, pero ni rastro de la identidad de la víctima. Eso fue lo que, alertados por una llamada al 112, encontraron a mediados del 2007 unos guardias civiles en un paraje conocido como La Marañosa, en la localidad madrileña de San Martín de la Vega. Tan complicado parecía entonces el caso que fue bautizado como operación Puzzle. Casi tres años de investigaciones, en las que han participado la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía, han hecho falta para, con tan poco material, poder reconstruir los hechos y descubrir a las personas implicadas en esa muerte. El autor material, que fue arrestado en Barcelona, es Joaquín Juan Fernández, un hombre de 26 años que, pese a su juventud, es considerado el jefe del clan Jodorovich y a quien no le tembló el pulso a la hora de asesinar a tiros, decapitar y desmembrar a la víctima en un ajuste de cuentas por un engaño en una compra de drogas.

FOTO EN LOS MEDIOS / Como primer paso, la Guardia Civil difundió en los medios de comunicación el rostro de la víctima para intentar que alguien la reconociera. El método funcionó y, días después de la publicación, la Guardia Civil recibió una llamada de un comunicante que identificó a la víctima como Rodolfo Herrera Moreno, un colombiano de 31 años de edad. Una vez con su nombre, los agentes bucearon en su vida, descubriendo que formaba parte de un grupo dedicado a introducir y distribuir droga en España.

Las pesquisas, a las que se sumaron investigadores del Cuerpo Nacional de Policía, permitieron a los investigadores determinar que la víctima podía haber participado en un engaño con una partida de droga al clan de los Jodorovich. En concreto, les hizo creer que les suministraba más droga de la que en realidad les entregó. Según fuentes de la investigación, su asesinato fue la venganza del jefe de los Jodorovich.

Fernández, que llevaba oculto desde el crimen, fue localizado tras hacer seguimientos a su esposa y ver que hacía numerosos viajes a un ático de la calle de Alts Forns. La vigilancia de la vivienda permitió identificar además a José Guerrero, su principal colaborador. A finales de octubre, 150 policías nacionales tomaron la calle para detener a Fernández como autor material del asesinato. La peligrosidad del sospechoso obligó a la intervención de los grupos de operaciones especiales para llevar a cabo el arresto.

Otras seis personas, españolas y colombianas, han sido detenidas por su implicación en el asesinato. La última detención no se produjo hasta finales de noviembre, razón por la cual las pesquisas han sido mantenidas bajo secreto sumarial hasta esta semana.