El distrito con más alojamiento

Derby y Masriera, el mejor pedigrí

Joan Oliveras y Jordi Clos culminan en la Rambla el proceso de puesta a punto del Bagués, el primer 'hotel joya' de Barcelona

Con vistas  Jordi Clos y Joan Oliveras, en la terraza del hotel Bagués, ayer.

Con vistas Jordi Clos y Joan Oliveras, en la terraza del hotel Bagués, ayer.

IOSU DE LA TORRE
BARCELONA

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Jordi Clos y Joan Oliveras (Joan Oliveras y Jordi Clos, tanto montan) componen un matrimonio artístico empresarial que se visualiza en el primerhotel joyade Barcelona: el Bagués, en el número 105 de la Rambla, junto al Palau de la Virreina, donde antaño se erigía el taller joyero de Bagués-Masriera, el de la báscula. Un cinco estrellas que albergará un museo con las piezas más representativas del Modernismo, el Art Nouveau y el Art Decó.

La aventura de impulsar un hotel de lujo en el bullicio de ese Raval que da para una novela negra donde saldrían las 37 mafias que operan en el puerto de Barcelona tiene el aroma de los excelentes materiales con los que Clos ha ensalzado el edicifio premodernista de los Masriera. Ébano de Madagascar, pizarra de la India con pirita de plata, pan de oro y manglar fosilizado de Brasil para decorar las 31 habitaciones al más puro estilo Derby Hotels.

Ayer, Clos y Oliveras mostraban el Bagués juntos, como si el hotelero fuera el artista de los Masriera y el orfebre hubiera siempre diseñado hoteles. En la planta séptima, Clos celebró que los clientes que se alojen en las habitaciones que dan a la iglesia de Betlem«podrán dormirse mirando al rosetón del templo». Ya en la terraza, donde se contempla una versión comprimida del cielo barcelonés (terrados con ropa tendida, los campanarios de la catedral, del Pi y Santa Maria del Mar y las torres de la Vila Olímpica y la Barceloneta), Oliveras recordó que allí mismo asistió al hundimiento de la cúpula del Liceu aquel día de enero en que se incendió.

En ese espacio se ubicaba el taller de la joyería, el que se paralizaba cada vez que en una terraza del otro lado de la Rambla una vedete del Paral.lel tomaba desnuda el sol. A los pies de Oliveras y Clos se abría el hueco de la escalera, decorada por un enjambre metálico y dorado de César Mota, de la Escuela de Artes Abstractas de Cuenca.

La Rambla recibe la transfusión de dos empresarios de lujo que aún apuestan por una ciudad de la que han huido los turistas del Japón.«Pelearemos para que vuelvan».