El comercio en el centro de la ciudad

Ciutat Vella pone coto a la comida rápida en la calle con 23 cierres

Establecimiento de kebabs que ya ha sido cerrado, en Escudellers.

Establecimiento de kebabs que ya ha sido cerrado, en Escudellers.

PATRICIA CASTÁN / Barcelona

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La estampa de un turista devorando un kebab, una pizza, un bocadillo o cualquier otro menú rápido a la puerta de un local de comidas es tan propia del centro de la ciudad como las estatuas de la Rambla o sus floristas. El problema empieza cuando a los negocios de restaurantesfast food de rigor (con licencia para tal actividad y con opción a sentarse y comer en su interior) se suman un alud de supuestos establecimientos de platos preparados, que en la práctica casi nadie se lleva para comer en casa. El distrito ha contabilizado 79 locales con licencia de este tipo, pero que también permitían la ingesta en plena vía pública. Con el nuevo plan de usos en la mano, esta situación queda prohibida, circunstancia que ha permitido ya inspeccionar 40 de los negocios y proceder al cierre de 23.

Solo 17 de los locales supervisados cumplen con la autorización de la que disponen. En el resto de casos, el problema es que bajo la licencia de los platos preparados (con sus limitaciones) se esconden actividades propias de un bar. Y, en regla aritmética, a más comida devorada en la calle, «más incremento de suciedad», destacan fuentes municipales.

El objetivo del ayuntamiento no es erradicar la comida en la calle

-un fenómeno cotidiano en muchas grandes ciudades- sino la picaresca en las licencias (que supone una competencia desleal para muchos restaurantes) y, sobre todo, la «protección de la restauración autóctona y la potenciación de la cocina mediterránea» como señal de identidad local. Si la calle se utiliza para pasear y no para montar el ranchito gastronómico, mejor que mejor.

DOS CAMPAÑAS / Las dos campañas ejecutadas hasta ahora tras la aprobación del plan de usos el pasado verano han supuesto las 40 inspecciones, realizadas con un equipo específico. Entre los infractores, nueve no se ajustaban a su autorización y se les ha hecho cesar su actividad, otros cinco tienen ya orden de cese, mientras tres se han precintado, otro está en vías de ser clausurado y uno más tiene este trámite pendiente de ejecución. Otros tres han cerrado y uno ha cambiado de actividad. En total los ya cerrados o que realizan otra actividad son 16, y los pendientes de cierre inminente, 7. Los precintos se dictan cuando no se cumplen las órdenes de cese de la actividad. Todo ello sin contar los 39 establecimientos que restan aún por inspeccionar en las próximas semanas.

Entre los negocios que son historia figuran El rey del Kebab, en Escudellers, y varios supuestostake awayen la calle de Sant Pau (alguno a punto de cerrar) y Ferran, cuyos clientes no se llevaban la comida a casa...

Al margen de poner orden entre las prácticas actuales, la entrada en vigor del plan, el pasado día 1, incluye entre las novedades la prohibición de abrir nuevos negocios que propicien la comida rápida en la calle. La normativa deja claro que «se restringe la implantación de nuevos establecimientos alimentarios con degustación y establecimientos de platos preparados, no permitiendo específicamente la venta de productos alimentarios preparados expresamente para el consumo inmediato en la vía pública». Y resulta evidente que muchos bocadillos y similares despachados en la zona se dan listos para hincar el diente.