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Itziar González i Carles Martí, dos formas de gobernar

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CARLES MARTÍ

El hombre de las dos cabezas

Hace años, el socialismo en Barcelona era bicéfalo. Por un lado el partido y, por el otro, el alcalde, a su aire. Carles Martí es el hombre que acabó con este raro organigrama al ser elegido primer secretario de la federación de Barcelona siendo ya el número dos municipal. Entró en el ayuntamiento como estrella en alza del PSC, donde era responsable local de Juventud, y su primer cometido fue llevar las riendas del distrito de Sarrià-Sant Gervasi, territorio comanche para el PSC. Allí lidió con los vecinos que hacían sonar sus joyas para protestar por la reforma del Turó Park. En el 2003 le cayó en suerte el Distrito, la prueba de fuego, Ciutat Vella. En el 2007 fue el número dos de la lista y, después, primer teniente de alcalde. Ese año introdujo a Itziar González: «Llega sin renunciar a sus ideas, para que nosotros podamos cambiar las nuestras», dijo.

ITZIAR GONZÁLEZ

Una arquitecta sin pasado político 

Itziar González, que es hija del politólogo José Antonio González Casanova y de la que fue primera mujer rectora de una universidad catalana, Rosa Virós, llegó como candidata independiente a las listas del PSC tras ser conocida por su tarea como arquitecta y mediadora. De hecho, lideró el rediseño de la plaza de Lesseps, recogiendo la voluntad vecinal. Al llegar a la concejalía de Ciutat Vella, en el 2007, se afilió al PSC por «coherencia», dijo. Desde entonces ha tratado de gobernar dando voz al vecindario, y ha afrontado numerosos análisis del distrito, que han demorado las decisiones. Su tenacidad e idealismo le han llevado a asumir medidas drásticas (cierre de negocios) que le valieron amenazas y asaltos a su casa y la necesidad de escoltas. Todo ello afectó a su salud. Su equipo e incluso la oposición destacan su calidad humana.