La juerga

La hora 'all you can drink'

DAVID PLACER
BARCELONA

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El poder de la barra libre, la horaall you can drink(todo lo que puedas beber), es capaz de cambiar hasta los hábitos de estudio de los asiduos de estas fiestas. El hecho de entrar en una discoteca sin pagar entrada y, además, de poder disfrutar de unfonduede fresas sin coste y varios cubatas durante la primera hora es razón suficiente para que cientos de jóvenes --unos 200 por local, según los organizadores-- se vean atraídos a este tipo de sesiones, a pesar de las clases o los exámenes del día siguiente.

"Ahora estudiamos más los sábados y los domingos, porque durante la semana siempre vamos a alguna fiesta de barra libre o a los encuentros de los erasmus los miércoles. Algunos compañeros intentan que los profesores no les pongan exámenes los jueves porque saben que llegarán tarde",explica Brooke Landry, estudiante de un máster en márketing que asistió el viernes a la discoteca Opium Mar atraída por una promoción de un cóctel Cosmopolitan gratis.

El anzuelo de la barra libre o la primera copa de regalo se extiende como una gripe etílica entre bares y discotecas y ya se ha instalado hasta en los locales de alto nivel adquisitivo que siempre habían rehuido de estas rebajas.

Cubatas con poco ron

El miércoles pasado, la discoteca Shoko del Port Olímpic, una de las que apela frecuentemente a esta táctica, ofreció alcohol gratis desde medianoche y hasta la una de la madrugada. Los jóvenes se mantuvieron agolpados en la barra hasta que sonó el bongo que anunciaba el fin del alcohol gratuito. Entonces despejaron el lugar de inmediato para irse a la pista de baile.

Pero la estrategia de la barra libre también viene acompañada de un cargamento de trucos y letra pequeña. Las primeras marcas nunca están incluidas en estas promociones: el ron Cacique o el vodka Absolut se tienen que pagar por separado, mientras que sus contrapartes Pujol y Finlandia son los seleccionados para las bebidas gratuitas. Las medidas también suelen ser más modestas que los cubatas pagados y un cubalibre (ron con cola) sabe mucho más a cola que a ron.

Estos encuentros también fijan grandes diferencias entre un público privilegiado y otro despistado. Los primeros se hartan de alcohol yfonduegratuitos en Shoko mientras ven que en la barra del otro extremo los jóvenes desconocedores de la promoción vacían sus billeteras tras recibir sus bebidas.

Las ofertas no siempre resultan ser tal como fueron prometidas. Brooke tuvo que pagar una cerveza en Opium Mar el viernes porque las camareras no estaban informadas de la promoción de un Cosmopolitan gratuito anunciado por internet."Es lo que pactamos con la discoteca. Desconozco por qué no los quisieron servir gratis",explica Isaac, promotor de la oferta.

Los empresarios del ocio nocturno que han optado por este formato niegan que se incentive el consumo indiscriminado de alcohol y dicen que es imposible que, con la aglomeración en las barras, los jóvenes puedan beber más de tres o cuatro cubatas en una hora.

El auge de esta práctica también ha irritado a parte del sector."Algo se está gestionando mal en el ocio nocturno para que esto suceda. Las ofertas solo hacen que los locales entren en un círculo vicioso de promociones",explica Christian Dalmau, responsable del bar de copas Solo que ha logrado una clientela constante de lunes a domingo sin ningún tipo de rebaja.

Falsas amigas

La modalidad más reciente para captar a asiduos a estas fiestas llega vía internet. Los relaciones públicas de las discotecas crean perfiles falsos de chicas en las redes sociales más populares --en especial, en Facebook-- y comunican a cientos de chicos que ellas --a veces con apellidos de modelos famosas-- quieren ser sus amigas. Cuando los jóvenes las aceptan en su grupo, comienzan a recibir publicidad de las rebajas en las discotecas.