ENCUENTRO INTERNACIONAL DE HISTORIADORES

Unas jornadas analizan en BCN las intervenciones arqueológicas en las necrópolis históricas judías

La presión religiosa ha impedido estudiar el recinto hebreo de Montjuïc

ROSARIO FONTOVA
BARCELONA

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La necrópolis judía más importante de la Europa occidental está situada en la montaña de Montjuïc pero no ha podido ser excavada e investigada completamente por los arqueólogos, con lo que subsisten las lagunas respecto a una comunidad que llegó a contabilizar 5.000 miembros en el Call de Barcelona hasta el pogromo oavalotde 1391, que certificó su desaparición. El caso de esta necrópolis, cuya excavación ha sido paralizada por un sector de la comunidad judía, pone sobre el tapete un conflicto que afecta a otras ciudades europeas desde los años 80 y que confronta a la ciencia con la creencia.

El Museu d'Història de la Ciutat de Barcelona organiza hoy y mañana unas jornadas de debate sobre las actuaciones recientes en antiguos cementerios judíos. Dos de los casos que se analizarán son complejos. En torno a las instalaciones de tiro de Montjuïc comenzó en el 2001 una excavación que localizó 557 enterramientos de los cuales pudieron estudiarse 28. Pero la investigación se cerró sin que se conocieran los límites de la necrópolis y sin que el equipo de paleoantropólogos forenses de la UAB que dirige Assumpció Malgosa pudiera analizar los restos en el laboratorio.

Los lobis judíos incluso alertaron a la embajada de EEUU. Al final, fue imposible establecer conclusiones científicas suficientes. Poco después, un proyecto de urbanización de la zona, comprendida por el mirador del Tir al Vol y el paseo de los Cims, elaborado por Barcelona Serveis Municipals (BSM), fue rechazado. No se toleró ningún tipo de construcción o rampa y ni siquiera se aceptó el nombre de parque del Camp de Tir. La zona sigue sin urbanizar.

Pérdida irreparable

En Tàrrega (Urgell), una excavación realizada por el Museu de l'Urgell fue interrumpida con la aquiescencia de la Conselleria de Cultura y los restos hallados --70 esqueletos anteriores al siglo XIV-- fueron retirados de inmediato e inhumados en el cementerio de Collserola en presencia de un rabino. El hecho provocó la difusión de un manifiesto de protesta firmado por un centenar de arqueólogos contra"grupos tradicionalistas"a cuya acción se atribuía la"pérdida irreparable de información histórica".

La comisión de patrimonio judío que actúa en Catalunya está asesorada por la organización Atra Kadisha que se encarga de"preservar antiguos cementerios judíos en el mundo en peligro"y logra detener las investigaciones arqueológicas. Según su tradición, está prohibido desenterrar huesos de judíos independientemente de su antigüedad.

Las jornadas que se celebran en Barcelona han despertado un gran interés. Acudirán observadores del resto de España ya que ha habido episodios parecidos en Valencia y Lucena. El arqueólogo Ferran Puig, que investigó la necrópolis de Montjuïc, opina que"en ciencia no se puede ser dogmático"y que en Montjuïc"es imprescindible excavar porque ahí puede estar la clave para conocer mejor a la comunidad judía que hubo en Barcelona".Precisamente el museo puso en marcha el año pasado un centro de interpretación del Call y organiza rutas sobre el legado judío.

Uno de los ponentes de las jornadas es Max Polonovski, conservador jefe del Patrimonio Judío del Ministerio de Cultura de Francia."Es esencial conocer mejor la vida de la comunidad judía porque el pasado es patrimonio de todos y, en principio, no tengo objeciones a una excavación",señala. Pero Polonovski reconoce que hay conflictos con los integristas."Siempre hay gente en busca de su identidad y eso es peligroso"."Es un problema general y hay que estar muy vigilante porque es muy malo que los políticos se desentiendan del tema aduciendo que lo conocen mal". Y acaba:"Primero la ciencia y luego la identidad".