El intercambiador

Arc deTriomf alarga los andenes para los nuevos trenes de Renfe

RAMON COMORERA
BARCELONA

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En la estación de Arc de Triomf, el potente intercambiador situado junto a la estación de autobuses del Nord por el que pasan la L-1 del metro y las C-2 y C-7 de Cercanías, incluso los andenes se han quedado obsoletos. No son solo los anticuados e inaccesibles vestíbulos del paseo de Sant Joan y de la plaza de André Malraux y su laberinto de pasillos y escaleras lo que hay que reformar a fondo, sino también la longitud de las plataformas para dar cabida a los nuevos convoyes de Renfe. Con las obras de reforma integral de los vestíbulos ya en marcha, ayer se licitó la redacción del proyecto constructivo para prolongar los andenes de los 172 metros actuales hasta un mínimo de 200.

La ampliación es necesaria para que los convoyes dobles, con seis vagones en lugar de tres, que Renfe ha puesto progresivamente en servicio desde el 2006 con el fin de intentar evitar las aglomeraciones de las horas punta quepan enteros en la estación. Lo mismo ocurre con las unidades del nuevo modelo de tren Civia que la operadora va introduciendo en las líneas de Cercanías.

TRES TÚNELES PARALELOS

Las obras deben realizarse en el lado norte del túnel, a 11 metros bajo la plaza de André Malraux. Según los técnicos de GISA, la empresa de infraestructuras de la Conselleria d'Obres Públiques, en esa zona no existen edificios que impidan la ampliación. Advierten, sin embargo, que se deberá tener muy en cuenta la existencia a ambos lados de la galería de Cercanías de los dos túneles de la L-1. Es otra muestra de la intrincada concepción de la estación.

La cohabitación de infraestructuras de dos administraciones distintas, las vías y el túnel de Cercanías son competencia del ente estatal Adif, ha llevado a pactar la ejecución de toda la reforma. La Generalitat dirige a través de GISA los trabajos, aunque la inversión va a cargo en su mayor parte del organismo perteneciente al Ministerio de Fomento.

La reforma integral del intercambiador es un proyecto complejo y de gran envergadura que costará 42,5 millones de euros. A ellos habrá que añadir el presupuesto de ampliar los andenes aún no establecido. La obra se inició en septiembre del 2007 y durará hasta la primavera del 2010 si se cumplen las previsiones, algo a menudo difícil en rehabilitaciones en zonas tan urbanizadas y saturadas de servicios. Por las dos estaciones pasan diariamente una media de 16.000 viajeros.

Los dos angostos vestíbulos actuales, de 460 metros cuadrados, se derribarán por completo para dar paso a espacios mucho mayores, de 3.000 metros cuadrados en el lado de Sant Joan y de 2.200 en el de André Malraux. Los accesos y pasadizos pequeños con frecuentes tramos empinados de peldaños serán sustituidos por pasillos diáfanos con escaleras mecánicas y nueve ascensores.

ESPACIO PROVISIONAL

Mantener el servicio ferroviario durante las seis fases en las que se ejecutarán las obras obligará a construir un vestíbulo provisional de Renfe en el lado de Sant Joan. Igualmente, está previsto trabajar de noche en algunos periodos. La redistribución de espacios en el rompecabezas que es ahora la estación implicará, asimismo, desplazar en dirección Besòs los andenes del metro situados bajo la plaza de Malraux y variar también el trazado de las vías.

Para controlar el posible impacto de los trabajos en la zona de influencia, en los 220 metros de túnel afectados y en servicio, en la estación también en funcionamiento y en los edificios próximos, en diciembre se adjudicó un plan para instalar 250 sensores. Esta red debe alertar sobre cualquier movimiento en el terreno o en las construcciones.