Quejas por malos olores en alcantarillas de Poblenou

La confluencia entre la avenida de la Diagonal y la calle de Bac de Roda, en el Poblenou, se ha convertido en un punto donde los malos olores de las alcantarillas son un problema creciente para los habitantes de la zona. En la esquina, donde confluyen varias tuberías y por donde discurre el colector de Bac de Roda, los vecinos han dejado de abrir las ventanas y algunos se han visto obligados a instalar aires acondicionados para no soportar ráfagas de viento fétido.

Josep Manel Montero, vecino de la Diagonal, se quejó al ayuntamiento por los aires pestilentes que llegan con facilidad a los locales y a los pisos más bajos. "Escribí una queja y me llamaron de inmediato para explicarme que era un problema de difícil solución que se agravaba cuando sopla el viento de Levante", dijo Montero, vecino de un segundo piso, que se ha instalado aire acondicionado este verano.

REVISIONES Los técnicos del ayuntamiento han ejecutado inspecciones y descartan que los malos olores provengan del colector de Bac de Roda, que no tiene excesos de basura. Los trabajadores aseguran que no se trata de un problema generalizado en la zona y revisan ahora otras tuberías más pequeñas para detectar el origen del aire molesto.

"En verano huele mucho más. A veces abro la ventana para que se ventilen las habitaciones y la tengo que cerrar porque es peor", explica Isabel Lozoya, vecina de Diagonal con Bac de Roda. El problema, arrastrado desde hace varios años, se ha agudizado los últimos meses, según los vecinos.

El antiguo propietario del bar del bloque 103 de la Diagonal solía tapar las alcantarillas con unos cartones durante el día para evitar molestias a los clientes de su terraza, una solución que no mantiene el nuevo propietario, un inmigrante que afirma que los malos olores no le molestan demasiado.

A pocos metros, los propietarios de diez escaleras de la Diagonal han recogido firmas.contra otros malos olores provenientes de la central de recogida neumática, al lado del parque del Poblenou. "No aguantamos el olor", se quejó Ana María Martínez, vecina de la zona.