Red Eléctrica se desmarca del apagón a pesar de los informes

JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Casi cuatro meses después del apagón que dejó a oscuras a 300.000 abonados y tras dos informes --de la dirección general de Energia de la Generalitat y de la Comisión Nacional de la Energía (CNE)-- en los que se señala su presunta responsabilidad en el fallo eléctrico, Red Eléctrica Española (REE) continúa diciendo que no tuvo nada que ver. Su presidente, Luis Atienza, compareció ayer en el Senado a petición de CiU y dijo que las conclusiones de ambos estudios técnicos que aluden a la responsabilidad del operador en el incendio de la subestación de Maragall se tratan de simples "hipótesis".

"Para acusar no basta con hipótesis que ni se verifican ni se demuestran --sostuvo Atienza--. No estoy diciendo que la causa esté en Endesa, sino que hay otras hipótesis alternativas". Sin embargo, el informe de la CNE, por ejemplo, revela que fue un defecto en el cable de 220 kilovoltios (kv), propiedad de REE, el que originó un fuego "perfectamente evitable", razón por la cual el convergente Pere Macías --quien pidió la dimisión del presidente de REE ya que "no ha proporcionado un servicio público adecuado"-- anunció que solicitaría la comparecencia de la presidenta del regulador de la energía, Maite Costa, para que exponga las conclusiones de ese estudio técnico.

El presidente del operador eléctrico, en cualquier caso, no ofreció ningún ejemplo de esas "hipótesis alternativas" y, en cambio, señaló a Endesa como causante de 126 anomalías durante el día del apagón (el pasado 23 de julio). Tras presentarse como "víctima y no causante" del fallo --"desde el primer momento tuvimos que adoptar una posición defensiva", dijo--, apenas admitió una culpa compartida: "Las empresas REE y Endesa lo hemos hecho muy mal desde el punto de vista de la comunicación con los ciudadanos".

Atienza, eso sí, reconoció que la red eléctrica catalana tiene un "problema estructural" y que sus infraestructuras son "vulnerables". Al igual que la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, para explicar buena parte del caos ferroviario, el presidente de la CEE aludió a la falta de inversiones de gobiernos anteriores como uno de los motivos por los que se ha llegado a una situación que se pretende cambiar con un plan que comenzó en el 2004 y cuenta con un presupuesto de 400 millones de euros para renovar cerca del 90% de las protecciones, el 37% de los transformadores de intensidad y el 70% de los servicios auxiliares generales.

LA PARADOJA DEL PLAN

Esta "renovación de activos", en sus propias palabras, se encuentra ahora mismo a "medio camino" y no va más rápido debido a la dificultad de "trabajar simultáneamente sobre muchas instalaciones sin provocar un apagón", ya que estas están dispuestasen rosarioy no en red, lo que impide las pertinentes desconexiones para efectuar los cambios. Atienza no escondió que tal estado de cosas plantea una paradoja: existe el plan para que no se den nuevos fallos como el de Barcelona, pero el propio plan no se puede acelerar en exceso porque contribuiría a que pudiera haber, precisamente, nuevos apagones.