Una exposición en BCN revisa la transformación del Che en marca

GEMMA TRAMULLAS / BARCELONA

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En plena revisión del mito del Che y cuando se cumplen 40 años de su muerte, llega a BarcelonaCh€! Revolución y mercado, una exposición sobre el proceso de transformación de la fotografía del guerrillero que tomó Alberto Korda en 1960, inicialmente un icono revolucionario, en una marca de consumo global. La comisaria de fotografía contemporánea Trisha Ziff ha investigado durante tres años los distintos usos de esta imagen: "¿Por qué el Che? --se preguntaba ayer ayer poco antes de la inauguración--. Porque es un fenómeno. No hay otra imagen como esta en la historia de la fotografía. No solo es la más reproducida de la historia, sino la más maleable. En esta cultura donde no hay nada sagrado, solo la esvástica permanece inalterada".

La muestra de la Virreina reúne unos 300 objetos de 30 países que reproducen la imagen conocida comoEl guerrillero heroico, desde la hoja de contactos de Korda --en la que antes del fotograma de Ernesto Che Guevara aparecen los de Simon de Beauvoir y Jean Paul Sartre, que ese día también estaban en La Habana-- hasta un billete de dólar con el rostro del Che en lugar del de Abraham Lincoln. Antes de llegar a Barcelona, la exposición ha pasado por Nueva York, México, Londres, Amsterdam, Tenerife y Milán, donde ha suscitado reacciones dispares.

PROTESTAS

En Estados Unidos provocó las protestas de la comunidad cubana residente en Miami, en Londres borraron de la lista de invitados a la inauguración al líder del Sinn Fein, Gerry Adams, y en Milán "todos los taxistas decían que la habían visto, supongo que por la tradición eurocomunista del país", según contó Trisha Ziff. En Barcelona, la portavoz del PP en el Ayuntamiento, Àngels Esteller, criticó la muestra porque el Che "era un guerrillero que defendía métodos violentos". El delegado de Cultura del Ayuntamiento, Jordi Martí, contestó ayer que, con esa premisa, "tampoco se podría estar representando la obraStalinen el Tívoli".

Para la exposición de Barcelona se han añadido varias obras nuevas, entre ellas un póster de Joan Fontcuberta en el que el artista sostiene una loncha de jamón ibérico donde, al estilo de la sábana santa, se entrevé la imagen del Che. Otra novedad es la instalación de los artistas cubanos Jorge Mata y Radamés Molina. Basándose en fotos históricas del Che con un reloj Rolex y apoyándose en un Toyota Land Cruiser en Bolivia, los autores crean falsas campañas de publicidad protagonizadas por "nuestro modelo favorito".

Trisha Ziff describía ayer la fotografía de Alberto Korda como "un logotipo, una franquicia, un negocio" y avanzaba una hipótesis sobre por qué, 40 años después, es posible encontrar exactamente la misma imagen "en una camiseta de 600 euros en una boutique árabe y en el tanga de una brasileña": "La imagen solo puede sobrevivir en el sistema capitalista siempre que retenga el radicalismo que lleva dentro. Los jóvenes que llevan camisetas del Che no saben mucho de él, pero intuyen que simboliza el cambio y quien lo lleva se destaca de la mayoría. Es una imagen que se las ha apañado para reflejar los sueños de una generación y esta contradicción es lo que la hace fascinante".