Neus Català, toda una vida

EL PERIÓDICO DE CATALUNYA celebra la 'diada' de Sant Jordi con la publicación de un libro testimonio de la superviviente del campo de concentración de Ravensbrück que ha sido premio Català de l'Any 2006

ROSA MASSAGUÉ / BARCELONA

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'Neus Català. Testimoni d'una supervivent' es el relato en primera persona de una vida marcada en la juventud por una precoz lucha contra la injusticia y después por una guerra civil española que destruyó muchos mundos, entre ellos el personal y el familiar; y una guerra mundial que sometió a millones de ciudadanos a la maldad extrema del nazismo. El libro es también el testimonio de la supervivencia a esta maldad y de la lucha para no olvidar a sus víctimas.

Con la paciencia de una hormiga, nada más ser liberada del campo de concentración de Ravensbrück, Neus Català inició la ingente tarea de recoger el testimonio de las mujeres españolas que habían pasado por el infierno en la tierra para recordarlas. Para no olvidar y para evitar la repetición de tamaña barbaridad.

A un editor comprometido como pocos como es Miquel Horta, debemos que medio centenar de aquellas tremendas historias vieran la luz en el 2000. Uno de aquellos testimonios era el de la propia Neus y aquel texto es ahora el cuerpo central del libroNeus Català. Testimoni d'una supervivent.

Sin embargo, faltaba un antes y un después de aquella terrible experiencia. Faltaba explicar quién era Neus, de dónde venía, qué ilusiones tenia de joven, cómo veía la vida después de pasar por todo por lo que pasó.

La respuesta a estas y muchas más preguntas constituyen la primera y la tercera parte del libro. Son el envoltorio del testimonio dramático de Ravensbrück. La primera entrevista para este antes y después tuvo lugar a principios de abril del 2005, en casa de Joaquima Alemany, en la biblioteca convertida en centro logístico de la expedición organizada por Dones per la Llibertat i la Democràcia que unas semanas después acompañaría a Neus a Ravensbrück con motivo del 60° aniversario de la liberación del campo.

Neus estaba nerviosa por los preparativos. Quería asegurarse de que todo saliera bien. Estaba también indignada por el escándalo que en aquellos días había organizado el PP a raíz de la retirada de una estatua ecuestre de Franco que había en una plaza madrileña. "La derecha no sabe perder --decía--, no quiere perder. Tiene afán de poder, de dominar, de oprimir".

Sin embargo, este enfado tenía su contrapunto. Neus estaba contenta porque la Generalitat había dado los primeros pasos para un memorial en homenaje a los represaliados por el franquismo. Sin duda, llegaba muy tarde, pero al menos restituía el honor que el franquismo había negado a las mujeres que habían muerto en las cárceles y campos de concentración.

Retorno al campo

En aquel viaje a Ravensbrück Neus estuvo bien arropada. No faltaron ni Alemany ni Horta, pero también estaban el alcalde de Els Guiamets, las hermanas Sallés, el periodista Jacinto Antón, Virginia González, que velaba por Neus, Ninón Servitje, Carme Solsona y un nutrido grupo de amistades al que después se unieron los hijos de Neus, Margarita y Lluís, y el sobrino Albert Julià. Luego vendría la comitiva oficial encabezada por elconsellerJoan Saura.

Los otros encuentros tuvieron lugar este invierno, en su casa de Rubí, un apartamento que Neus y su marido compraron hace años, cerca de la estación del ferrocarril. Sabiendo que la jornada sería larga, Horta le había dicho que no se preocupara por la comida, que ya llevaríamos algo preparado.

A nuestra llegada, nadie nos abría la puerta. Carmen Arévalo, la vecina que cuida de ella, tenía la respuesta: "Seguro que ha ido a la compra para prepararles la comida". Efectivamente, al cabo de un rato, por una esquina apareció la figura de una mujer que se acercaba lentamente tirando del carrito de la compra. Era Neus, que no estaba dispuesta a renunciar a la ley de la hospitalidad ni siquiera con unos huéspedes casi autoinvitados.

Con esta misma tozudez inquebrantable ha conservado la memoria de sus compañeras del campo, y también la memoria personal que empezó a desgranar en Rubí, en un día de invierno gris y lluvioso, y que comienza así: "Nací el 7 de octubre de 1915 en Els Guiamets, un pueblo pequeño...".