Al Lewis, el abuelo de la familia Monster, protagoniza el último documental de Querejeta

El actor, fallecido el año pasado, rememora en el filme la historia de EEUU con una visión crítica

EFE / BARCELONA

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El actor estadounidense Al Lewis, conocido por su papel de abuelo en la serieLa familia Monster, protagoniza el último documental producido por Elías Querejeta,Goodbye, America, dirigido por el brasileño Sergio Oksman.

Querejeta y Oksman han presentado hoy en Barcelona el documental, que se estrenará en los cines españoles el próximo viernes. El trabajo ofrece al espectador un repaso por la historia reciente de Estados Unidos, desde la caza de brujas de McCarthy y la guerra de Vietnam a los atentados del 11-S.

La prodigiosa memoria del nonagenario actor Al Lewis, que murió en febrero del 2006, es el hilo conductor de este documental, que muestra a un activista comprometido con la causa pacifista, y que, según el director, "alza la voz contra el miedo del que se sirve el poder para perpetuarse".

Lewis, que en la película no deja de dar caladas a un puro, relata las cosas que ha vivido y al mismo tiempo se contempla a sí mismo ante un espejo que le sirve para rememorar el pasado, mientras Scott Sliger le maquilla para convertirlo otra vez más en el abuelo deLa familia Monster.

Cambio de enfoque

Imágenes de archivo y cortes de voz de Pacifica Radio (emisora independiente y progresista estadounidense) salpican el documental, que muestra a un Al Lewis envejecido, próximo a la muerte, pero también al Lewis lúcido que rememora su vida y realiza, según Querejeta, una crítica "clara y precisa".

Tanto Querejeta como Oksman han reconocido que en un principio la idea era hacer un documental sobre Pacifica Radio, fundada en 1949 en Berkeley (California), donde Lewis tenía un programa, pero que el contacto con el actor supuso un cambio de enfoque. El director deGoodbye, Americaha explicado que Lewis "se fue apropiando de alguna manera de la película".

Oksman también ha valorado el trabajo con Querejeta, porque "no tiene prisa" y lo que busca es únicamente "que quede bien", algo que considera que "es oro para quien hace un documental". El rodaje con escenas de Lewis se dividió en dos periodos (en 2002 y en 2005) y el montaje definitivo ha durado cerca de un año. Al Lewis no llegó a ver la película acabada.